En 2016, después del escándalo protagonizado por la filtración de documentos del bufete de abogados Mossack Fonseca, Panamá se comprometió con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a intercambiar información financiera de ciudadanos y entidades extranjeras en Panamá de manera automática.
A diferencia del estándar previo, con el que se compartía información financiera de un ciudadano extranjero previa solicitud de la autoridad tributaria de su país, el nuevo compromiso implica el envío de la información de manera automática, independientemente de si hay un requerimiento o no.
Este es uno de los cambios adoptados por Panamá en un esfuerzo por salir de listas discriminatorias de paraísos fiscales y mejorar su imagen como centro de negocios internacional.
Desde que inició esta transformación, con una coyuntura económica regional poco favorable, se han reducido tanto los depósitos internacionales en el centro bancario como el número de clientes en las casas de valores.
Algunos empresarios han señalado que la disminución de la actividad se debe a las nuevas exigencias regulatorias y al intercambio de información financiera, mientras que los reguladores advierten de un necesario giro para atraer activos, depósitos y jugadores de calidad al sistema financiero.
La Superintendencia de Bancos de Panamá confirmó recientemente que desde 2016 se han recuperado 72 corresponsalías con bancos internacionales y hay otras 16 en proceso de establecerse.
Además, según la DGI, el país es parte desde hace más de 10 años del Foro Global para Transparencia e Intercambio de Información e incumplir este compromiso “implicaría que Panamá sea incluido en múltiples listas discriminatorias, particularmente de carácter fiscal, lo cual resultaría en la aplicación de tasas impositivas u obligaciones adicionales para personas y empresas panameñas que pretendan hacer negocios en otros países”.
Por otra parte, acarrearía la pérdida de accesos a corresponsalías bancarias por parte de bancos de la plaza, apuntó.

Primer intercambio
El mecanismo de intercambio que promueve la OCDE se llama Estándar de Reporte Común (CRS, por sus siglas en inglés). El intercambio es automático y bilateral, por lo tanto, Panamá elige con qué países comparte la información.
En junio de este año, el Gobierno publicó en un decreto ejecutivo la lista de territorios con los que intercambiaría información, entre los que se encuentran principalmente países europeos (Irlanda, Bélgica, Grecia, Dinamarca, España, Países Bajos, Noruega, Suecia, Reino Unido, Eslovenia, Letonia, Polonia, Alemania, Francia, Italia y Portugal, entre otros), algunos países asiáticos (Japón, Malasia, Indonesia, India, Singapur) y tres de América Latina (Argentina, México y Uruguay). No se incluyó Colombia, a pesar de los esfuerzos del país vecino, el principal por volumen de depósitos externos en el centro bancario, por recibir información automática de parte de las autoridades panameñas.
La información compartida incluye “el nombre, dirección, jurisdicción de residencia, número de identificación tributaria, fecha y lugar de nacimiento de los cuentahabientes que mantengan cuentas en instituciones financieras panameñas”, dijo la DGI. Las empresas financieras, principalmente bancos, casas de valores, aseguradoras y sociedades de inversión, tuvieron hasta el pasado 31 de julio para remitir a la DGI la información de sus clientes.
Este es el primer envío siguiendo los estándares de la OCDE, pero Panamá ya inició el año pasado los intercambios automáticos con Estados Unidos de acuerdo con la Ley de Cumplimiento Tributario de Cuentas en el Extranjero (Fatca, por sus siglas en inglés). El país norteamericano creó su propio estándar y no adoptó el CRS de la OCDE.

