El intento más reciente de México por impulsar su moneda es una solución a corto plazo para un problema de largo aliento.
El peso subió hasta 1.3% frente al dólar ayer, después de que el banco central del país anunciara que quintuplicaría la cantidad de coberturas cambiarias que vende a $5 mil millones. Los analistas dicen que la sorpresiva decisión apunta a contener la volatilidad.
El peso, la divisa estrella de los mercados emergentes en el primer semestre de 2017, se tambalea: su descenso de 4.3% en lo que va del mes es solo menor a la caída de la lira turca. ¿Por qué? Mire tanto adentro como afuera de México. El dólar se está fortaleciendo en medio de la especulación de una Reserva Federal (FED) más inclinada a subir las tasas de interés.
Las negociaciones del Tlcan se extenderán hasta el próximo año, y su éxito es aún incierto. Y las probabilidades de que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador gane las elecciones presidenciales del próximo año van en aumento.
“El Banco de México (Banxico) todavía tiene muchas balas dentro de este programa de cobertura”, dijo Mike Moran, quien encabeza la investigación económica de América en Standard Chartered Plc. en Nueva York. “Pero cuán efectivo será aún está por verse”.
Para el mediodía, el peso había cedido la mitad de sus ganancias, cotizándose a 19.10 por dólar en Nueva York. Aun así, algunos analistas prevén que el peso se fortalecerá a la larga. Erik Nelson, un estratega cambiario de Wells Fargo Securities LLC en Nueva York, dice que el peso caerá a 19.50 de dólar en seis meses, solo para recuperarse a 17.50 en un año y medio a partir de ahora. Esa visión refleja altas tasas de interés, crecimiento económico estable y, finalmente, un dólar más débil.
“En última instancia, todavía nos estamos enfocando más en los fundamentos”, dijo Nelson. México ha utilizado diversas herramientas para apuntalar su peso, incluida la venta de dólares a los bancos, tanto en enero de este año como en febrero de 2016. Y si la volatilidad es el objetivo, Banxico podría haber acertado, dijo Gustavo Rangel, economista jefe para América Latina de ING Financial Markets LLC en Nueva York.
La decisión de ayer llega “tal vez un poco antes de lo esperado, dada la volatilidad que probablemente veamos hasta las elecciones de julio de 2018”, dijo Rangel.