Luego de que el Fincen, organismo dependiente del Tesoro de Estados Unidos sobre delitos financieros, emitiera hace dos años una alerta sobre las presuntas actuaciones de blanqueo de capitales en la Banca Privada de Andorra (BPA), se ha dado un enorme traslado de clientes, varias auditorías para determinar el perfil de los depositantes, y aún persiste el congelamiento de ciertos activos.
De acuerdo con información publicada en diarios y agencias de noticias con sede en Andorra, el 94% de los clientes han sido traspasados a Vall Banc, el nuevo banco o entidad resultante, que empezó a operar en mayo de 2016.
A partir de 2015, las operaciones del banco andorrano fueron intervenidas ante la incertidumbre del origen de las posiciones de ciertos clientes.
Esto implicó la necesidad de llevar a cabo un proceso de revisión minuciosa de cada uno de sus depositantes.
Para ello, las autoridades del pequeño principado contrataron a PwC, encargada de auditar las operaciones de BPA. El objetivo era decidir qué clientes eran trasladados a Vall Banc y cuáles no cumplían con los requerimientos exigidos por la ley, y por lo tanto quedarían siendo investigados.
En el caso de las operaciones internacionales, se congelaron ciertos activos, que han tardado en devolver. Cada jurisdicción, incluyendo la panameña, tenía el compromiso de hacer sus auditorías, intentando purgar a los clientes que resultasen con operaciones sospechosas o posiblemente vinculados al blanqueo de capitales.
Respecto a BPA Panamá y su casa de valores, las entidades locales, advierten que no se encontró evidencias de que las operaciones en el país estuviesen asociadas con actos ilícitos.
Los clientes, todos extranjeros, ahora esperan la devolución de los fondos congelados, que en depósitos y renta fija suman $190 millones, de acuerdo con los cálculos oficiales.
El dinero está físicamente en una cuenta dentro del BPA de Andorra, que a su vez tiene como corresponsal al banco suizo Credit Suisse.
Hasta que no termine la regularización que se está llevando a cabo en Andorra tras la absorción de BPA, a su vez reintegrado en un fondo de inversiones estadounidense, los clientes panameños no podrán acceder a sus fondos.
Con el interés de cerrar este capítulo, la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), en conjunto con la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), viajó en misión oficial a Andorra durante la semana del 16 de octubre.
En esa reunión también participaron los liquidadores, tanto del banco como de la casa de valores, Rafael Moscarella y Jaime de Gamboa, respectivamente; junto a los superintendentes Marelissa Quintero y Ricardo Fernández.
Los locales visitaron la Autoridad de Resolución Bancaria, con el objetivo de buscar acuerdos operativos y hacer más expedita la solución de los activos bloqueados, necesarios para culminar el proceso de liquidación, dijo Quintero.
“Fueron positivas las reuniones, sin embargo, se debe esperar decisiones judiciales en Suiza para el desbloqueo”, reveló la funcionaria.