La campaña de China de los últimos años para contener el riesgo financiero se está centrando nuevamente en la llamada “deuda oculta” de los gobiernos locales, conforme las autoridades intentan reducir las presiones de pago en medio de la caída de los ingresos fiscales.
Provincias y ciudades chinas, desde Jiangsu en el este a Qinghai en el oeste, están buscando la manera de pagar o reestructurar sus préstamos implícitos, un término que incluye deuda obtenida a través de vehículos de financiación no incluida en los libros.
Algunas autoridades están buscando refinanciamiento a bajo coste del Banco de Desarrollo de China, y otros están vendiendo activos estatales como edificios de oficinas y viviendas.
Los esfuerzos por abordar este problema crónico están cobrando urgencia ante la promesa del Gobierno de recortar impuestos por 297 mil 500 millones de dólares este año, drenando aún más los cofres locales y aumentando la posibilidad de incumplimiento de pagos.
El hecho de que no haya una estimación oficial del tamaño de la deuda implícita, que generalmente conlleva tasas más altas que las registradas en los libros, hace que el problema sea aún más complicado.
El problema ya no se puede retrasar, ya que en muchos lugares los ingresos fiscales y el producto interno bruto no son suficientes para cubrir los intereses y los principales, dijo Lu Ting, economista jefe de China en Nomura Holdings Inc.
Tales análisis están en curso, y hasta ahora han demostrado que la deuda oculta en algunos lugares supera el endeudamiento en los libros, dijo un legislador del Congreso Nacional del Pueblo, Zhu Mingchun, durante el fin de semana, sin nombrar lugares concretos.
Los pagos pendientes de deuda a vehículos de financiación por parte de autoridades locales, que son solo una parte de la deuda no registrada en libros, podrían alcanzar los 300 mil millones de dólares este año, según estimaciones de Industrial Securities Co.
Las autoridades locales tendrán que asumir esa carga en un momento en que se desacelera el crecimiento de los ingresos debido a los recortes de impuestos y la disminución de los ingresos por la venta de tierras, a menos que puedan reestructurarla.
Un alto porcentaje de la deuda adquirida por las ciudades chinas se utilizó para mejorar los servicios básicos y de transporte.