Estados Unidos y China prometieron ayer una cooperación más estrecha en materia de regulación financiera y energía, pero no consiguieron avanzar en el asunto del tipo de cambio entre sus monedas, en conversaciones de alto nivel ensombrecidas por las tensiones en la península coreana.
China aceptó modificar una política para promover el desarrollo de tecnología en el país que Washington y otros países se quejan pudiera dañar el comercio. Los funcionarios estadounidenses dijeron que aún tienen preocupaciones y que las dos partes celebrarán más charlas en los próximos meses.
“Esta ronda del diálogo no resolvió todos nuestros problemas, pero produjo resultados concretos”, dijo la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton tras la segunda reunión del Diálogo Estratégico y Económico.
Ambas partes elogiaron el diálogo como herramienta vital para aliviar tensiones y promover los lazos políticos y económicos, pero las charlas subrayaron también las divisiones entre ambos y la creciente determinación de Beijing de promover sus propios intereses. El encuentro no arrojó progresos en lo que se refiere al control monetario en China, un escollo clave en las relaciones con Washington. El presidente chino Hu Jintao prometió el lunes reformas monetarias, pero no dio un calendario.
