Negociadores de Estados Unidos y China iniciaron dos días de negociaciones sobre su creciente disputa comercial, en momentos en que Pekín reportó que sus exportaciones en enero repuntaron a pesar de los aumentos de aranceles del presidente Donald Trump.
El mandatario dijo anteriormente que las conversaciones podrían ayudar a decidir si él intensifica la lucha por las ambiciones tecnológicas de China al seguir adelante con más sanciones a partir del 2 de marzo a productos chinos por valor de $200 mil millones.
La batalla entre las dos economías más grandes ha alimentado los temores de que se siga debilitando el crecimiento económico mundial. La economía de China creció a su ritmo más lento en tres décadas el año pasado, lo que aumentó la presión sobre los líderes comunistas para llegar a un acuerdo.
El enviado estadounidense, el representante comercial Robert Lighthizer, y su contraparte chino, el viceprimer ministro Liu He, se estrecharon las manos al inicio de la reunión en una casa de huéspedes del gobierno.
Hay pocos indicios de progresos en la cuestión más espinosa: la exigencia de Washington de que Pekín reduzca sus planes para la creación liderada por el gobierno de competidores globales en robótica y otros campos tecnológicos.
Los socios comerciales de China dicen que esto viola sus obligaciones de apertura de mercado y algunos funcionarios estadounidenses temen que pudiera erosionar el liderazgo industrial de Estados Unidos.
Trump acordó en diciembre demorar la imposición de los nuevos gravámenes mientras las dos partes negocian, plazo que expira el 1 de marzo.