Estados Unidos dio un nuevo paso en su escalada contra Irán con el anuncio del Departamento del Tesoro de imponer sanciones al principal grupo petroquímico iraní, el Pgpic, por sus vínculos con los Guardianes de la Revolución.
La medida apunta a estrangular el financiamiento del grupo petroquímico más grande y rentable de Irán y se extiende a sus 39 subsidiarias y “agentes de ventas con sede en el extranjero”, señaló la dependencia gubernamental en un comunicado.
Entre estas están NPC International, con sede en Reino Unido, y NPC Alliance Corporation, con sede en Filipinas, ambas controladas por Pgpic.
“Esta acción es una advertencia de que continuaremos apuntando a los grupos y compañías en el sector petroquímico y en otros que proporcionen ayudas finan cieras” a los Guardianes de la Revolución, una fuerza de élite de la República Islámica de Irán, dijo en el comunicado el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Disputa comercial
El Tesoro advirtió que las compañías internacionales que continúen asociándose con Pgpic o sus subsidiarias y agentes de ventas “estarán expuestas a las sanciones de Estados Unidos”.
Los esfuerzos de Washington durante el año pasado para ahogar la economía de Irán, tras la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de abandonar el acuerdo nuclear firmado en 2015 por su antecesor, han llevado a un enfrentamiento entre Washington y sus aliados, pues muchas empresas internacionales se han visto afectadas por la disputa.
Varios países han cortado la importación de crudo iraní, mientras que Europa ha tratado de diseñar un mecanismo para continuar comercializando con el país sin violar las sanciones estadounidenses.
El Tesoro explicó que decidió penalizar a Pgpic debido a sus vínculos con el brazo económico de los Guardianes de la Revolución, conocido como Khatam al Anbiya.
Pgpic concedió contratos a Khatam al Anbiya “generando cientos de millones de dólares para un conglomerado económico de los Guardianes de la Revolución que se extiende a través de las principales industrias de Irán”.
Washington incluyó en abril a los Guardianes de la Revolución en su lista de organizaciones terroristas, la primera vez que se tomaba esta medida contra un ente gubernamental.
La decisión significa que cualquiera que haga negocios con esta organización se enfrentaría a penas de prisión en Estados Unidos.