La Comisión Auditora de Gran Bretaña, un organismo de supervisión del gasto de los gobiernos locales que emplea a 2 mil personas, será eliminada en el marco de los planes para reducir el gasto público, informó el viernes el Gobierno.
La decisión es el paso más reciente de la coalición conservadora-liberal demócrata para frenar el mayor déficit de presupuesto en la era de posguerra y es parte de sus planes de descentralización del país.
El Gobierno dijo que estaba revisando opciones, incluyendo la privatización, para la práctica de auditorías de la Comisión, la quinta más grande en Gran Bretaña.
La medida le ahorrará a los contribuyentes 50 millones de libras (78 millones de dólares) al año.
El presidente de la Comisión, Michael O’Higgins, dijo que había tenido negociaciones con las principales firmas de auditorías.
“Ciertamente están interesados en adquirir partes de nuestra función de auditoría y la opciones (...) de que funcione como cooperativa o de que sea comprada por un grupo de ejecutivos también son cosas que serán revisadas en las próximas semanas”, dijo a la radio BBC.
El servicio de inspección de la Comisión será transferido a la Oficina de Auditoría Nacional, un organismo independiente que fiscaliza al Gobierno central.

