Cuando uno tiene efectivo, puede permitirse ser generoso. Eso debe haber pensado la empresa china Midea, que selló la compra del fabricante alemán de robots Kuka con la promesa de mantener los empleos durante más de siete años.
El conglomerado de propiedad familiar Voith acordó este fin de semana vender su participación de 25.1% en Kuka a Midea por $1,300 millones, lo que convierte al fabricante chino de electrodomésticos en el mayor accionista con bastante más del mínimo del 30% que buscaba la compañía.
Además del compromiso relacionado con los empleos, las condiciones comprenden mantener la independencia de la gerencia hasta el fin de 2023, un marco temporal “mucho más largo que los usuales tres a cinco años”, dijo en un informe de prensa la semana pasada Till Reuter, máximo responsable de Kuka.
No se trata de un compromiso pequeño, considerando que Kuka tenía 12 mil 433 empleados al finalizar el primer trimestre, los cuales seguramente no resultarán baratos si se tienen en cuenta los niveles de los salarios chinos.