Una parte del sector privado amaneció con dolor de cabeza por un decreto ejecutivo firmado en plena madrugada que tomó por sorpresa a varios empresarios.
Consumada la inédita y emocionante clasificación de la selección panameña de fútbol al Mundial de Rusia 2018, el presidente Juan Carlos Varela firmó sobre las 2:30 a.m. el Decreto Ejecutivo No. 69, que declaró ayer como “día libre” y el cierre de oficinas privadas, con algunas excepciones.
En un tuit, el mandatario advertiría en ese momento que, siendo un día histórico, se suspenderían las clases de ayer en las escuelas públicas y privadas del país, y que sería “libre para los trabajadores del sector público y privado”. Una gran parte del país está de merecida fiesta.
Pero desde el sector privado indican que una medida de esta magnitud también debía ser consultada con ellos, no solo por la incertidumbre y el impacto económico en las empresas, sino también porque “la imagen del hub logístico se ve afectada, ya que no en todos los casos nuestra excusa es bien recibida”.
Así opinó Demóstenes Pérez, presidente del Consejo Empresarial Logístico (COEL). Argumentó que en esta industria hubo “una gran incertidumbre en horas de la madrugada”.
“Tuvimos que iniciar un plan de notificación a todos nuestros clientes internacionales que, por supuesto, no entendían cómo su negocio se iba a ver afectado por una celebración”, detalló Pérez.
“Octubre es uno de los meses con mayor volumen de trabajo en el sector, y la distribución regional de productos no se detiene porque en nuestro país decretamos un feriado en horas de la madrugada que nos deja sin oportunidad de reaccionar. La carga se tiene que seguir moviendo, las órdenes de entrada y salida de mercancía programadas se quedaron detenidas”, agregó.
Al margen de que aún no hay cifras de lo que se dejó de generar, desde COEL advierten que “ tendremos que asumir los sobretiempos y demás gastos relacionados para cumplir con la promesa de servicio. Es decir, que las pérdidas monetarias son altas”.
La Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón (ZLC) también manifestó su preocupación por la medida unilateral del Gobierno: “Lamentamos cómo se excluye al sector privado en la toma de decisiones relevantes que repercuten en el crecimiento del país”.
Asimismo, la presidente de la Asociación, Usha Mayani, recordó que la administración de la ZLC es pública y que ayer no hubo movimiento logístico en el recinto. “La plataforma de ZLC maneja el 71% de toda la logística de Panamá, que está detenida mientras el mundo logístico sigue laborando”.
Aunque el gremio no cuenta con un cálculo oficial del impacto económico por el feriado, por las cifras del movimiento comercial entre enero y julio, de $11 mil 640 millones, se puede estimar que las transacciones diarias en la ZLC oscilan entre $75 millones y $85 millones.
EXPORTACIONES PARALIZADAS
Luis Ríos, gerente de la empresa Dolce Pineapple, manifestó que ayer no pudo certificar ante las instituciones públicas pertinentes los documentos requeridos para exportar dos contenedores de piña -con un valor aproximado de $24 mil en total-, que debían salir hacia Turquía mañana.
En este sentido, Juan Bulnes, presidente de la Asociación de Exportadores de Panamá (APEX), dijo que compañías de exportación de productos perecederos, como del mar o agrícolas, no pudieron concretar sus envíos.
“Todos estamos contentos con el triunfo, pero esta situación se debió dejar a criterio de la empresa privada”, reflexionó el empresario. “El Estado no constituye el valor que mantiene para las empresas privadas este tipo de decisión. Hay empresas que no han podido exportar. Esto es un golpe bastante duro”.
Fuentes consultadas del sector portuario indicaron que los puertos de Balboa y Manzanillo trabajaron medio día, para evitar el gasto que implica mantener las operaciones abiertas y pagar sobrecargo de planilla al tratarse de un día libre.
Se consultó a la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (Cciap) sobre una estimación del impacto económico del decreto, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.
La clasificación a un Mundial de fútbol constituye un logro deportivo y económico para los países que lo consiguen. Durante el primer semestre del próximo año, la economía local se verá impulsada desde bares y restaurantes hasta locales y tiendas. El efecto multiplicador que yace en un grito de gol es millonario.
