Holanda procedió a analizar carne de pollo proveniente de criaderos donde se detectó la contaminación de huevos para buscar una eventual presencia de fipronil, molécula tóxica hallada en lotes de huevos distribuidos en varios países de Europa.
Decenas de millones de huevos están siendo retirados del mercado desde hace una semana en varios países europeos.
La crisis sanitaria, detectada en un primer momento en Alemania y Bélgica, se extendió a Francia y a Reino Unido.
En Holanda, de donde provienen los huevos, las autoridades comenzaron a analizar carne de pollo para determinar si también está contaminada con este insecticida, muy corriente en los productos veterinarios contra las pulgas, los ácaros y las garrapatas, pero que está prohibido en el tratamiento de animales destinados a la cadena alimentaria, como las gallinas. “Analizamos actualmente carne de pollo en los criaderos en donde se detectaron huevos contaminados”, indicó ayer a la AFP Tjitte Mastenbroek, portavoz del organismo holandés a cargo de la seguridad alimentaria, NVWA.
Alemania, muy afectada por el escándalo sanitario, pidió el viernes a las autoridades belgas y holandesas que esclarezcan “rápidamente” la adulteración “criminal” de los huevos.
“Cuando vemos una energía criminal casi organizada en red, es inaceptable”, comentó el ministro de Agricultura, Christian Schmidt, en la prensa alemana, criticando nuevamente la lentitud de las autoridades belgas y holandesas para comunicar sobre el caso.
La investigación penal iniciada por NVWA bajo la autoridad de la fiscalía holandesa, y en colaboración con la justicia belga, sobre el papel de las empresas y proveedores en la introducción del fipronil en los criaderos holandeses está en curso, indicó Tjitte Mastenbroek.
En Francia “13 lotes de huevos contaminados provenientes de Holanda” fueron distribuidos entre empresas de transformación alimentaria ubicadas en el oeste del país, precisó el lunes el Ministerio de Agricultura francés.
“La detección de los huevos contaminados era la prioridad. Tenemos ahora el tiempo y el lugar” para analizar “la carne”, continuó el portavoz de NVWA, subrayando que se trataba de una “medida de precaución”.
La probabilidad de que la molécula, nefasta para el consumo humano, sea detectada en la carne de pollo es pequeña, según la organización agrícola holandesa LTO.
“Los pollos no tienen ningún problema con el piojo rojo, contrariamente a las gallinas ponedoras encerradas en un gallinero durante dos años, lo que permite al parásito desarrollarse”, explicó Eric Hubers, representante de los avicultores dentro de la LTO, citado en la prensa holandesa.
Los análisis se concentran en pollos de criaderos en donde también se producen huevos, lo que corresponde a “unas decenas” de granjas en el país, según NVWA y LTO.
“La mayoría de las granjas optan por una sola producción”, indicó Eric Hubers.
Si los análisis dan negativo, los criadores que tienen bloqueada la distribución de huevos, podrán volver a distribuir carne”, precisó Tjitte Mastenbroek.
En caso de que se detecte fipronil, los criadores deberán sacrificar millones de animales contaminados.
Unas 180 granjas en Holanda están afectadas por esta contaminación. En Austria, Polonia, Portugal, Bulgaria y Rumania las autoridades indicaron que procedían a analizar los huevos importados. En Suiza, los grandes distribuidores retiraron de la venta, de manera preventiva, los huevos importados provenientes de los países afectados.