Fotografía de los emprendedores

Fotografía de los emprendedores


Panamá se ha convertido en un semillero de nuevas empresas. Cada vez son más las personas que quieren ser dueñas de sus propios negocios y no esperar ser contratadas por una compañía para comenzar su carrera laboral. En el país hay 60 mil 740 micro, pequeñas y medianas empresas que generan el 49% de los empleos del país, según datos de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme).

¿Quiénes son y cómo sobreviven estos emprendedores? El estudio Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que evalúa el emprendimiento desde la concepción hasta que el negocio está establecido, revela la composición del grupo y sus niveles de sobrevivencia.

Una de las mediciones más importantes del GEM es la tasa de actividad emprendedora temprana (TEA), que compara las iniciativas que han estado operando por un período de hasta tres años.

En esta fase de emprendimiento TEA, el estudio revela que hay actualmente 29 mil 700 mujeres y 34 mil 215 hombres panameños.

Sin embargo, al comparar el grado de novedad que tienen los nuevos modelos de negocios, las mujeres tienden a ser más innovadoras que su pares masculinos, según el reporte que se lleva a cabo en más de 70 países.

El emprender en edades más avanzadas o tener un nivel de educación superior al de los hombres al momento de montar un nuevo modelo de negocio podrían ser puntos a favor en este proceso de diferenciación.

En 2016, la emprendedora Min Chen junto a su hermano Ricardo Chen fundaron Redoxigen, la empresa creadora de Interfase, el primer juego de realidad aumentada que utiliza a los comercios de todo el país para unificar una gran base de datos en que se puede encontrar dónde, qué y cómo operan las pequeñas empresas de Panamá.

La panameña se convirtió en uno de los referentes nacionales femeninos dentro del universo de las startup, al ganar el premio “US Market Entry” de VIAGlobal en la competencia SeedStarsSumit 2017 en Lausana, Suiza.

Este es al menos uno de los casos de emprendimiento femenino más exitoso en el país, sobre todo porque el ecosistema tecnológico local ha sido dominado en su mayoría por hombres.

“Las mujeres por lo general emprenden en sectores convencionales como el comercio al por menor, hoteles, restaurantes, alimentación, belleza, en general muy pocas crean proyectos emergentes de base tecnológica”, asegura Manuel Lorenzo, vicepresidente de Innovación de la Ciudad del Saber.

Pero esta no es una tendencia única de Panamá. Según el Startup Ecosystem Report, 9 de cada 10 startups en el mundo son fundadas y lideradas por hombres.

Mujeres decididas

El reporte GEM presentado la semana pasada, que se realiza en Panamá de la mano de la Ciudad del Saber y el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) desde 2009, apunta que las féminas son más firmes a la hora de poner punto y final a un negocio poco rentable.

Lorenzo explica que este sector de la población tiene más voluntad de detener una actividad empresarial porque lo planifican con antelación o porque no tuvieron la financiación adecuada.

“Las mujeres tienen un nivel de responsabilidad un poco mayor que los hombres en ese sentido”, dijo.

Por lo general, las mujeres suelen pedir préstamos con menos frecuencia, en menor proporción y dependen más a menudo de fuentes informales.

De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 1 de cada 5 pequeñas y medianas empresas (pymes) lideradas por mujeres en América Latina y el Caribe cuentan con el financiamiento bancario para capital de trabajo.

“Por lo general, los bancos solicitan unos avales y garantías que no poseen las mujeres, debido en parte a que tienen menos titularidad de propiedades que los hombres”, asegura Larú Linares, gerente de Emprendimiento Femenino en el Canal de Empresarias de la Ciudad del Saber.

Además, se entiende que las mujeres aplican más al microcrédito (cuantía pequeña y altas tasas de interés), pero en menor proporción al crédito convencional y menos aún a una forma de capital riesgo. Este último es un mundo de hombres, explica.

La especialista distingue la tradición cultural y los estereotipos sobre el rol de la mujer; el miedo al fracaso o su actitud negativa hacia la competitividad y las dificultades para equilibrar la vida personal y laboral son algunos de los obstáculos para lograr el éxito empresarial.

“Las mujeres carecen de tiempo. Trabajan, atienden a los niños, ayudan con las tareas, verifican si en la casa todo está en orden, roles que hemos asumido como nuestros”, dijo.

Además, cuando vamos a emprender no entramos a los negocios que de verdad son de alto impacto, que generan tracción, que crecen exponencialmente, sino que nos quedamos con el emprendimiento tradicional porque es menos complejo, señala la especialista.

Ante esta realidad, el Centro de Innovación de la Ciudad del Saber creó el Canal de Empresarias. Mediante este proyecto se han capacitado hasta la fecha a mil 200 mujeres en materia de emprendimiento.

Linares explica que el proceso consiste en cuatro fases. La primera es capacitar a las emprendedoras en habilidades blandas, también identificar las barreras que encontrarán en el proceso y en qué instituciones pueden apoyarse.

Luego pasan a los talleres de creatividad e innovación. En esta fase las empresarias reciben el apoyo de especialistas que generan ideas de valor al negocio.

Posteriormente, se trabaja en cuáles son las necesidades del panameño, qué servicios y productos quieren. Superado este proceso, uno o varios mentores ayudan en la parte legal, mercadeo y financiamiento del emprendimiento, dijo.

Empoderar y ayudar a las mujeres en emprender un negocio contribuirá a alcanzar mayores niveles de igualdad, además de ser fuentes de inspiración y de oportunidades de empleo.

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