Las agencias calificadoras de riesgo visitaron hace poco a Global Bank para revisar sus resultados a propósito de su fusión con Banvivienda. La institución funciona desde el primero de junio como un solo banco —con el nombre del comprador—, y por lo tanto es fundamental el examen de las calificadoras.
“Nuestras calificaciones fueron confirmadas con categoría estable. Eso para nosotros es bien importante porque tenemos una base notable de inversionistas a nivel mundial, y valida la transacción que hicimos”, destaca Jorge Vallarino Miranda, gerente general de Global Bank.
Es sabido que después del monto de una transacción como esta, que para el caso se cifró en $245 millones, una de las inquietudes siguientes radica en determinar el impacto en el balance financiero del comprador. Los encargados de justipreciarlos son las calificadoras de riesgo, estimadas como el “doctor” del sector bancario y que según Vallarino fueron parte integral de la estrategia de la transacción desde su etapa de estructuración.
“Trabajamos muy de cerca con esas agencias para asegurarnos de que nuestras calificaciones no fueran afectadas a la baja, lo cual dependía de los resultados que se dieran”.
Jorge Vallarino Miranda
Los números les dan la razón a las agencias y se constituyen en un mensaje de tranquilidad para los inversionistas globales del banco, pero además lo son para sus accionistas y clientes de siempre, más aquellos otros integrados con la compra.
Global Bank cerró el último trimestre con activos del orden de $8,500 millones. Pero la adquisición, que “despertó un mercado dormido por mucho tiempo”, cuando más ganó relevancia para la entidad fue en el primer trimestre de este año.
Vallarino valora ese lapso como “muy bueno”, debido a que la institución obtuvo una utilidad neta superior a $20 millones. O sea más del 60% en comparación con el mismo periodo de 2018 cuando el índice se situó en alrededor de $12.5 millones. “Llevamos cinco meses operando como un solo banco, con todas las sucursales bajo nuestra denominación y habiendo migrado por completo todo el sistema al de Global. Nuestro año fiscal cierra en junio, [y] nuestro último mes fue de estabilidad. Empezamos un nuevo año fiscal el primero de julio, sin gastos no recurrentes” producto de la transacción.
El balance de la operación le significó a la institución un crecimiento de un 30%. En la práctica le permitió “realizar eficiencias” al operar un solo banco, en vez de que fueran dos sistemas aparte y dos redes de sucursales que sirven por separado al público.
“Todo está integrado ahora, y así resultan muchos ahorros. Ese era uno de los puntos críticos de toda esta transacción: saber sí íbamos a conseguir las eficiencias, y definitivamente las hemos conseguido. Por eso los números se ven tan fuertes”.
Y va por más
En el año fiscal transcurrido concentró Global Bank sus esfuerzos en la integración de “lo comprado”, la migración de servicios y el crecimiento en virtud de la operación. El banco se había expandido de modo inorgánico, como ya se ha visto, pero “debe volver a crecer orgánicamente”. Construir sobre lo adquirido en este año fiscal.
Este principio que traza el perfil operativo de la entidad, no excluye sin embargo la posibilidad de otras adquisiciones, de nuevas fusiones. “Lo primero es seguir afianzando nuestro posicionamiento en el mercado panameño”.
Para ello el banco tomó la decisión hace un año de que la escala iba a ganar mayor relevancia en este negocio, porque la regulación iba a volverse más compleja y costosa. Pues necesita fortalecer permanentemente su plataforma tecnológica, en la cual hace “inversiones multimillonarias”.
Y porque una mayor cobertura y escala favorece las soluciones llevadas a los clientes.
“Todavía hay espacio para más consolidaciones, y nosotros estamos muy interesados en seguir invirtiendo y creciendo”, anuncia Vallarino. Todo depende, primero, de la rentabilidad, dado que el banco se encuentra en un estatus de “tamaño y escala” en que la falta de esta última ventaja “no es una debilidad nuestra”. Y segundo, de valorar las oportunidades para darles valor agregado a los inversionistas y a los clientes de la institución que “estemos adquiriendo”.
A la postre, recuerda Jorge Vallarino Miranda, el negocio bancario es de largo plazo. El Global Bank, que tiene 25 años de experiencia y se encuentra ya entre los tres primeros de capital privado panameño, sabe que aquí no se trata de una carrera contra el tiempo. Más bien de dar pasos firmes y seguros.
De avances orgánicos, y cuando se presenten las circunstancias, hacerlo de manera inorgánica.