La aplicación de normas de gobierno corporativo es una herramienta para elevar las posibilidades de continuidad de las empresas familiares y para promover el desarrollo de los mercados.
Internacionalmente, un 30% de las empresas familiares no sobrevive a la segunda generación; un 12% sucumbe en el paso a la tercera generación; y solo un 3% llegará a la cuarta generación. Los datos fueron presentados ayer por Sigrid Simons de Müller, directora de la Asociación de Mujeres Directoras Corporativas, en la IV Jornada de Gobierno Corporativo.
La falta de previsión puede abocar a las empresas familiares a pleitos, al congelamiento de activos y finalmente a su desaparición. Para evitar este escenario, Simons recomienda tener una hoja de ruta de cómo manejar la empresa, cómo resolver los conflictos, definir cómo se nombra a los miembros de la junta directiva y cuál es su composición, además de incluir directores independientes en la misma y definir una política de empleo de familiares en la compañía. Todo bajo un apego estricto a la ética.
Estas son algunas de las prácticas de gobierno corporativo que, bien aplicadas, pueden alargar la vida de las empresas.
En términos generales, gobierno corporativo agrupa una serie de acciones que tienen como objetivo mantener un balance entre los distintos grupos que componen a una empresa (junta directiva, accionistas, cuerpo ejecutivo), que promueven la transparencia hacia el público y la rendición de cuentas. Es, en definitiva, una manera de gestionar la empresa.
Daniel Blume, analista sénior de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), repasó los principios de gobierno corporativo, que tienen su origen en una guía elaborada por el organismo internacional en 1999.
Los mismos promueven la protección de los derechos de los accionistas, la publicación de información de manera oportuna, así como la responsabilidad de la junta directiva.
En Panamá, los bancos y las empresas de seguros están obligados a cumplir las prácticas de gobierno corporativo.
En el caso de las empresas listadas en el mercado de valores, solo existe la recomendación de cumplirlas.
El abogado Carlos Barsallo dijo que en el mercado de valores también se debería exigir el cumplimiento de las prácticas de gobierno corporativo, pero recordó que el regulador no tiene facultades legales para hacerlo.
Una empresa que emite acciones al mercado tendrá una mejor aceptación si los potenciales inversionistas saben que su dinero estará administrado con criterios profesionales. “¿Quién va a querer comprar acciones si no hay normas de gobierno corporativo, y no hay certeza de un mínimo de protección a la inversión?”, se preguntó el abogado Juan Pablo Fábrega, quien también puso el acento en la necesidad de que empresas que no cotizan en bolsa apliquen este tipo de prácticas. Dijo que se ha convertido en un tema tabú, pero se podrían implementar una serie de normas para darle al socio minoritario un mínimo grado de tranquilidad para saber que su inversión va a estar protegida.
César Sanjur, director del Instituto de Gobierno Corporativo, añadió que el inversionista quiere tener la seguridad de que una empresa está bien manejada. Por eso, considera que el gobierno corporativo potencia los buenos negocios, hace que las empresas crezcan y, en consecuencia, facilita el desarrollo del mercado.