Una guerra de aranceles que se está agravando entre las dos economías más grandes del mundo elevó ayer los temores de una guerra comercial internacional e hizo que los mercados cayeran, pero también dejó la puerta abierta a un posible acuerdo que pueda prevenir cualquier daño grave.
El promedio industrial Dow Jones bajó después de que cayeron los mercados en Europa y Asia, preocupados de la disputa comercial entre Estados Unidos (EU) y China.
China elevó ayer los aranceles a mercancías estadounidenses por $50 mil millones que incluyen soya, aviones y automóviles, en respuesta a la subida de impuestos propuesta la víspera por Washington a las importaciones chinas, también por la misma cantidad de dólares.
Estados Unidos no aplicará los aranceles de inmediato. Abrió un período para recibir comentarios del público que concluye el 11 de mayo y hay una audiencia sobre el tema programada para el 15 del mismo mes.
Las empresas y los consumidores tendrán la oportunidad de cabildear para que algunos productos sean retirados de la lista o se incluyan otros.
Las autoridades fiscales chinas tampoco dijeron cuándo entrará en vigor el arancel de 25% a las importaciones, pero indicaron que eso dependerá de lo que haga el gobierno de Donald Trump sobre los aranceles que planea imponer a bienes chinos.
La lista de 106 productos elaborada por Pekín incluye las mayores exportaciones de EU hacia China.
La disputa parte de una queja de Estados Unidos, que afirma que Pekín presiona a las empresas extranjeras para que entreguen su tecnología a cambio de concederles acceso a su amplio mercado.
El enfrentamiento también refleja la tensión entre las promesas de Trump para reducir el déficit comercial con China, que fue de $375,200 millones el año pasado y las ambiciones de desarrollo del Partido Comunista.
Por este motivo, el gobierno de Trump recomendó la aplicación de aranceles de 25% a las importaciones de mercancías chinas también por $50,000 millones.
El Ministerio de Comercio chino calificó la decisión estadounidense de violación de las leyes internacionales de comercio e informó que China actuó para proteger sus “derechos e intereses legítimos”.
La representación comercial de Estados Unidos presentó una lista de 1,300 productos chinos que se verían afectados, entre los que hay robots industriales y equipos de telecomunicaciones.