La cuenca del río Chiriquí Viejo es el punto que reúne la mayor cantidad de proyectos hidroeléctricos en el país.
En la provincia de Chiriquí, hay 25 concesiones otorgadas para la generación de energía y 20 están en la cuenca.
Para algunos, el sitio es el epicentro de los proyectos que garantizarán la energía que el país necesitará en los próximos años, una generación más eficiente y menos costosa. Pero, para otros, se trata de una apuesta que atenta contra el caudal del río y sus afluentes.
“Esta descontrolada construcción de hidroeléctricas pone en peligro la producción agrícola, ganadera y a los residentes de la provincia”, argumentó Jorge Pitty, oficial de proyecto de la Fundación para el Desarrollo Integral, Comunitario y Conservación de los Ecosistemas en Panamá (Fundiccep).
Dentro de la cuenca sobre el caudal del río Chiriquí Viejo, se ubican las zonas más productivas de la provincia y estos proyectos tal cual han sido planteados serán construidos en cascada, donde el agua que sale de uno inmediatamente es capturada para la operación de la siguiente hidroeléctrica, lo que es preocupante”, agregó el ambientalista.
Solo en el río Chiriquí Viejo, la Autoridad de los Servicios Públicos (Asep) ha otorgado ocho concesiones para el diseño y construcción de hidroeléctricas.
Por ahora, están en construcción seis hidroeléctricas en ese río: Bajo Mina, Baitún, Hidropower Paso Ancho, Montelirio, El Alto y Pando. Las dos primeras, ubicadas en el distrito de Renacimiento, representan una inversión de 450 mil dólares y generarán unos 142.7 kilovatios.
En tanto, la construcción de la hidroeléctrica Pando empieza a tomar forma. Otra que también se encuentra en etapa de construcción es la llamada Montelirio, en Renacimiento. Estos dos proyectos representan una inversión de 292 millones de dólares y generarán 84.2 kilovatios. Las 20 hidroeléctricas que se construirán en la cuenca del río Chiriquí Viejo aportarán al país 403.99 kilovatios y deberán estar listas antes de 2014.
La región chiricana, además de tener un potencial turístico ecológico lo tiene a nivel hidroeléctrico; sin embargo, se están utilizando los ríos más importantes de la provincia para estos proyectos, sin importar la afectación de muchos acueductos, potabilizadoras y pueblos que viven en sus riberas, manifestó Raquel Coba de Boyd, miembro de la Asociación Colibrí.
Es cierto que el país debe mantener su ritmo de crecimiento, pero esta energía que se contempla generar con estos proyectos hidroeléctricos, más que abastecer al país busca promover un programa de integración con Centroamérica de mil 800 kilómetros de interconexión eléctrica entre Tolé, en la provincia de Chiriquí, y Guatemala, agregó Pitty.
Los promotores de estos proyectos (nacionales y extranjeros) alegan que, para obtener sus concesiones, tuvieron que cumplir con estudios de impacto ambiental, aunque las organizaciones dudan de la ejecución real de los planes de mitigación.
En la Asep aún están en trámites para concesión unos 52 proyectos en el país.





