Corría la década de 1990 y en pocos años la administración del Canal revertiría de Estados Unidos a manos panameñas. La infraestructura requería de fuertes inversiones de capital y mantenimiento, y según recuerda el administrador del Canal, Jorge Luis Quijano, “algunos jerarcas estadounidenses dentro de la organización no estaban dispuestos a respaldar”. El mecanismo de presión para lograr las inversiones urgidas por el Canal surgió de un grupo que luego se autoproclamó “La matraca”. Quijano integró esta cofradía eficaz.
Lo contó ayer en el auditorio Padre Benjamín Ayechu de la Universidad Santa María la Antigua (USMA), durante la ceremonia organizada por esta institución para otorgarle al administrador el doctorado Honoris Causa en ingeniería y tecnología por sus logros y contribuciones a la industria marítima del país.
Ante decenas de amigos, familiares, autoridades del Canal y de la USMA, Quijano hizo un recuento pormenorizado de sus 44 años de vida laboral en el Canal. Su inicio sucedió en la administración estadounidense. Pasó por la transición hasta tener que dirigir el proyecto de la ampliación de la vía interoceánica y finalmente ser el administrador.
Vestido con la toga negra y el birrete para recibir este reconocimiento, Quijano explicó que el grupo “La matraca” se llamó así “por estar haciendo mucho ruido para los niveles de tolerancia de las altas esferas estadounidenses del Canal”.
Dijo que en ese momento los panameños habían ganado algo de terreno al utilizar la participación de la comisión ad hoc para la elaboración del título constitucional, en el cual se esbozó la preocupación del estado de la infraestructura. “Sin embargo, sentíamos que aún no se producían los cambios en el patrón de inversión que considerábamos debía darse si en verdad íbamos a tener una transferencia de administración el 31 de diciembre de 1999, que exigía ser imperceptible”.
El grupo de “La Matraca” estaba integrado además de Quijano por Lina Boza, Lilibeth de Langoni, Julio Cisneros, Henry Sánchez, Antonio Grenald, Alfonso Regis, Rodolfo Lammie (q.e.p.d.) y Franklín Castrellón. En 1995, Sabonge y Quijano se reunieron con el entonces canciller de la República, Gabriel Lewis Galindo (q.e.p.d.), a quien le llevaron un borrador de una carta dirigida al presidente de la junta directiva de la Panama Canal Commission, proponiéndole una auditoría de infraestructura y sistemas del Canal, para conocer las inversiones y mejoras necesarias para asegurar que Panamá pudiera recibir el Canal en buen estado y con un programa de mejoras y modernización en ejecución.
La idea fue apoyada por los directores panameños y fue la base del Plan Maestro del Canal de Panamá, que permitió la modernización de la vía interoceánica por cerca de $2 mil millones. Este plan se comenzó a ejecutar en 1996. Fue la base para que posteriormente se comenzara a gestionar el proceso para la ampliación del Canal de Panamá, cuyo referéndum se hizo en 2006, para comenzar las obras al año siguiente e inaugurarla el 26 de junio de 2016. Todo dentro de un marco constitucional que ya tiene más de 25 años de vigencia. A propósito, Quijano afirmó ayer que el título constitucional del Canal ha funcionado perfectamente. Blindó al Canal de intereses políticos, por lo que él no ve la necesidad de hacerle revisión con la propuesta de reformas constitucionales. “Muchas fuerzas que quieren poner algún tipo de traba o quitar algo de la independencia que tiene el Canal”. Lo que ha permitido el trabajo del Canal de Panamá es esa independencia con marco propio para las contrataciones, independencia financiera, y tomar decisiones tales como invertir y después darle aportes al Estado.
“Eso no quiere decir que no deba revisarse la Constitución, para balancear los poderes, porque ahora mismo como están las leyes no se permite”, dijo.
El agua es el problema que enfrenta el Canal, recordó Quijano. El cambio climático puede afrontarse con la creación de una nueva fuente o reservorio. Los lagos existentes tienen más de 50 años de estar funcionando.
Sobre el final de la ceremonia y con la voz débil, Quijano agradeció a su familia por acompañarlo durante su tránsito canalero de 44 años. Destacó el reconocimiento de la USMA y advirtió: “el Canal, nuestra democracia y nuestra libertad son el resultado de duras luchas generacionales, pero podemos perderlo si no actuamos de forma correcta”. Y entonces se habrán diluido los esfuerzos de La matraca...