No hace falta llegar a cierta edad o conseguir determinado trabajo para que un joven conozca la realidad del país. Le bastará un paseo por cualquier área de la capital, de pronto alrededor del Casco Antiguo y su barrio vecino de Santa Ana, donde niños corren sin zapatos y habitan viviendas desahuciadas.
Estas imágenes llamaron la atención de los panameños Álvaro Crespo y Carlos Arturo Hoyos, presidente y fundador respectivamente de la fundación Faydola, creada hace una década y dedicada a buscar recursos para promover el deporte entre los niños.
¿Qué futuro tiene la juventud? ¿Qué puede esperarse de ella? ¿Será víctima del sistema y crecerá con resentimiento? Las respuestas pueden estar en fundaciones como Faydola, con sus metas sin ánimo de lucro, pero sí empecinadas en evitar que los chicos aumenten las estadísticas criminales.
Faydola está próxima a celebrar su décimo aniversario y organiza desde 2014 fiestas navideñas y encuentros con los jóvenes a quienes enseña disciplina, trabajo en equipo y los insuflan de esperanza con una receta tan universal como apasionante: el deporte.
EL TORNEO
Hace 10 años se reunió un grupo de amigos con el propósito de organizar un torneo de golf entre ellos. El presidente de Faydola, Carlos Arturo Hoyos, recuerda que el grupo estaba en un principio integrado por 24 afiliados, pero se incrementó el cuórum con el paso del tiempo. “Le pedíamos a cada uno de ellos el pago de un fee para cubrir los gastos de cancha, gorras, camisas, etcétera. Desde el principio se llamó Faydola, porque el primer torneo costaba $5 por persona”.
“Era un torneo bien organizado. En sus inicios fue más informal y recreativo y en el afán de hacer las cosas bien, cada año le metíamos más empeño. Pasaba el tiempo y fuimos pidiendo patrocinio empresarial para brindarles a nuestros jugadores la mejor experiencia posible. En 2014 nos dimos cuenta de que quedaba un dinero significante en la cuenta una vez se concluían los torneos”, agrega Álvaro Crespo.
En diciembre de 2014 Faydola celebró su primera fiesta de Navidad con fines comunitarios en el Barrio Lindo de Santa Ana. Asistieron cerca de 500 niños.
En el siguiente año participó el flamante defensa central de los Seattle Sounders de la Major League Soccer en Estados Unidos, Román Torres. En aquella ocasión en Barrio Lindo conversaron con Luis Sandokan y Antonín Aizpurúa, de Plena y Goles, considerados los líderes barriales y quienes apoyaron la organización de la fiesta.
“Hicimos un día recreativo con todos los niños, les llevamos regalos, piñata, brinca brinca, comida y raspao...”, recuerda Hoyos. Los miembros de Faydola llegaron a la conclusión de que podían beneficiar a muchos jóvenes con los recaudos si se organizaban a través de una fundación.
La fundación no tiene planilla. “Nosotros servimos arroz con pollo y jugamos con los pelaos y corremos detrás de la pelota; todos involucrados con el trabajo que hacemos en Faydola. Es voluntariado”, dice Hoyos.
El abogado Roberto Arango les guió para formalizar una fundación con fines de promover el deporte, avalada por Pandeportes. Los gestores consiguieron para la organización el estatus de fundación a finales de 2014. Se inscribieron en el Registro Público en 2015. En 2016 solicitaron una resolución de exención de impuestos obtenida en febrero.
Superado el laberinto legal necesario para poder trabajar con transparencia, la organización recoge todas las donaciones —incluyendo patrocinadores y jugadores del torneo de golf—, las cuales se deducen del impuesto sobre la renta. Una jugada redonda.
Faydola se alió con Nike para sacar adelante la liga infantil “Buscando al 10”. En su primera edición, el año pasado, participaron más de 500 niños capitalinos.
LOS RESULTADOS
“La idea es realizar estas actividades para la niñez panameña en la que podemos ayudar a incentivar el deporte como un medio de superación personal y social”, comenta Crespo.
Aunque el torneo de golf es el evento insignia de recaudación de fondos para Faydola, varios certámenes al año organizados por la fundación involucran a empresas como patrocinadoras para ayudar a más niños.
Además de organizar el torneo de golf y Buscando al 10, patrocinaron ya varias ligas en San Miguelito, en Lomá Cová en Arraiján, y en Coclé. “Tratamos de que nuestros patrocinios sean en especie. Si una liga necesita uniformes, preferimos comprarlos en vez de dar el dinero al organizador”, asegura Hoyos.
“Los jugadores son como los accionistas de la fundación. Cada año aportan su dinero para que se haga el torneo. Queremos mostrar transparencia ante esas personas, para que sepan en qué vamos a utilizarlo”, enfatiza Hoyos.
Faydola es dueño del equipo Águilas de Río Abajo, integrante de la Liga Profesional de Baloncesto Profesional (LPB) de Panamá. Reúne fondos a través de campamentos con los jugadores de la selección nacional de la mano de Jonathan King y Josimar Ayarza.
La fundación construye una cancha de fútbol privada en Villa Lucre. Facilitará muchas competiciones gratuitas de la liga para los niños. Y ha creado becas parciales para atletas como Iverson Molinar, una joven promesa del básquetbol. “Tuvo la oportunidad de estudiar afuera con una beca parcial y nosotros le apoyamos con otros fondos parciales”, dice Crespo. Sucede así con Joshua Stout, un nadador en ciernes.
“Si el joven no se transforma en un atleta de élite mundial, es un ejemplo a seguir respecto a cómo el deporte mejora el biotipo de la persona y refuerza valores sociales que se traducen en la vida profesional y familiar de la persona”, dice Hoyos.
DÉCIMO ANIVERSARIO
Lo que antes fue un torneo con una entrada de $5, ha ido creciendo y este año ronda los $200. Las responsabilidades son mayores.
El Faydola Invitational tiene lugar en la cancha de golf de Buenaventura. Cuenta con 18 hoyos y se celebrará el sábado 5 de agosto con 132 jugadores invitados.