Este artículo será un poco diferente. Los invito a seguirme la corriente. Quisiera empezar con una recapitulación. El camino del emprendimiento empieza con la identificación de un problema. Pensamiento de diseño es una metodología de 5 pasos que empieza con: la búsqueda de un problema, la definición de un subproblema, la generación de una idea, la creación de un prototipo y la evaluación para trabajar en ciclo de mejora continua.
En los años que tengo promoviendo emprendimiento, he identificado que la noción más contra-intuitiva de todas es que el primer paso sea encontrar un problema, ya que hemos sido previamente entrenados a pensar que el primer paso es encontrar una idea. Entonces, tenemos a muchas personas con muchas habilidades y muchas ganas de hacer algo… esperando. Esperando a que se les ocurra una idea. Si en vez, todos entendiéramos que la cosa empieza encontrando un problema, convertiríamos una espera bastante pasiva en una búsqueda proactiva. Cuando sabemos que el emprendimiento empieza con un problema, salimos a identificar problemas para los cuales podemos diseñar una solución. Y entre más grande el problema y mayor la cantidad de personas a quienes afecte, mejor tu idea.
Pero para que esa idea sea una idea de negocios, no podemos escoger cualquier problema. Debemos escoger un problema pagable. Debemos escoger un problema que se perciba como problema, pero que además despierte el deseo de que se resuelva, porque esta es la única condición que motiva a alguien a sacarse un dólar del bolsillo para dártelo. Entonces, en esta segunda dimensión de la búsqueda de un problema, no solo debemos tener presente qué tan grande es el problema y a cuántas personas afecta, sino cuántas ganas despierta de que se resuelva. Es como la diferencia entre vender vitaminas y vender Tylenol. Las vitaminas son necesarias, pero no urgentes: a veces nos las tomamos, a veces no. Pero cuando te duele la cabeza, no lo piensas demasiado antes de hacer algo al respecto. La conclusión es esta: si quieres empezar un buen negocio, debes encontrar y resolver un problema que tu mercado percibe como un problema real, urgente y que desean que se resuelva.
Yo creo en esto. De verdad que sí. El mundo del emprendimiento es muy inspirador, porque está lleno de historias de personas que utilizaron la creación de un negocio para servir a los demás y, en el proceso, tener un estilo de vida que les permitió salir y sacar adelante a sus familias. Pero en los últimos meses, le he estado prestando más atención a las noticias que nunca antes, y he visto tantos problemas: destrucción ambiental, guerras y refugiados, bullying, acoso sexual, discriminación, enfermedades, desigualdad e injusticia por todas partes. Problemas. Reales, urgentes, que despiertan deseos de que se resuelvan. Pero, ¿pagables? No sé si son problemas pagables. No sé si son problemas que se pueden resolver a través de un modelo de negocio. El emprendimiento soluciona muchas cosas, pero no soluciona todas las cosas y hay tantas cosas que no soluciona.
Este no es un artículo usual, porque no tengo una respuesta. Ni siquiera tengo una conclusión. Les comparto este artículo para compartirles mi frustración. He aquí mi confusión. ¿Qué hacemos? ¿Cómo vamos a resolver los problemas más importantes del mundo? Siempre me atormenta ese dicho que si no eres comunista en tus 20, no tienes corazón y si no eres capitalista en tus 40, no tienes cerebro. Términos políticos a un lado, me atormenta porque aparentemente la adultez viene con saber que hay cosas que no podemos resolver y con estar bien con ello, con “aceptar que así son las cosas”. Pero no quisiera aceptar que así son las cosas. Por eso, quisiera terminar con una serie de preguntas: 1) ¿cómo empieza uno un negocio si lo que quiere es trabajar por cambiar el mundo?, 2) ¿cómo manejamos los sentimientos encontrados de trabajar para que el mundo sea mejor vs trabajar para que nuestro mundo inmediato (léase familia) esté mejor?, 3) ¿cómo hacemos para resolver los problemas pagables y no pagables y corregirlo todo?
Si esta es la primera vez que lees uno de mis artículos, mis disculpas. Pásate por aquí de nuevo la próxima semana. Si no es la primera vez que lees alguno de mis artículos y tienes algo que decir acerca de esto, te pido que me escribas. Me hace falta una respuesta.