Lo que Rusia define como “moderadamente ajustada” sería asfixiante en la mayoría de los lugares del planeta, salvo en Bielorrusia.
Las tasas de interés reales rusas de 5.5% son las segundas más altas del mundo, según Sberbank CIB, la rama de inversión de la entidad crediticia más grande del país.
Si bien la mayoría de las economías con tasas restrictivas las tienen porque están creciendo dinámicamente, a Rusia, país golpeado por una recesión, le convendría una política monetaria más flexible.
Pero la inflación, casi al doble de la meta de 4% fijada por el banco central, está alimentando los recuerdos del aumento desbocado de los precios que comenzó después de la caída de la Unión Soviética.
Es por eso que la gobernadora del Banco de Rusia, Elvira Nabiullina, opta por ser conservadora con una política monetaria que define como “moderadamente ajustada”.
Celebrada por Morgan Stanley como la banquera central “más ortodoxa” de Europa en vías de desarrollo, se comprometió a mantener la tasa de referencia hasta tres puntos porcentuales por encima de la inflación general para controlar las expectativas. Los precios al consumidor subieron un 7.5% anual en junio.
“La política monetaria excesivamente ajustada y las tasas de interés reales excesivamente altas traen aparejados nuevos riesgos para Rusia”, dijeron economistas de Sberbank CIB encabezados por Anton Stroutchenevski, en un informe este lunes. En primer lugar, asfixian el crédito y amenazan con demorar una vuelta de la economía al crecimiento, que el Fondo Monetario Internacional pronostica actualmente para 2017.