Los vientos de cola mundiales parecen aprestarse a sostener la modesta recuperación de Japón en 2017, en tanto las exportaciones apuntalan una economía que todavía tiene dificultades para acelerar la demanda interna.
La revisión al alza del producto interno bruto (PIB) ayer en los tres últimos meses del año pasado sienta las bases para un quinto período consecutivo de crecimiento --la racha más prolongada desde los seis trimestres de aumentos hasta mediados de 2006.
Un yen que, según los pronósticos, seguirá estando relativamente barato cuando suban las tasas de interés estadounidenses debería fortalecer la competitividad de Japón, sosteniendo las ganancias de las empresas y la continuidad de la inversión en la industria para satisfacer el consumo extranjero.
Marcel Thieliant, de Capital Economics, quien pronostica que este año el crecimiento del PIB se mantendrá estable en 1%, advirtió que el panorama se vislumbra más nublado en 2018.
