Hace nueve meses no cocinaba nada. Hasta entonces, cuando me tocaba cocinar para mí sola, me da pena y lo confieso, me servía un cereal o me preparaba un sándwich.
Por eso, desde que me mudé a Estados Unidos me di a la tarea de aprender a cocinar. Ahora, nueve meses más tarde, comparto este proceso de aprendizaje con tres consejos de cómo tomar acción:
1. Identifiqué y superé mis barreras de acción:
Mis barreras a la acción para cocinar eran: a) sentirme abrumada al ir al supermercado por no saber qué comprar y, b) no saber ni pelar ni cortar ni nada. Para superar estas barreras de acción me suscribí a un servicio de kits de comida.
Todas las semanas recibía en mi casa tres paquetes de comida con los ingredientes justos para seguir tres recetas.
A través de este servicio no me veía detenida por tener que ir al supermercado y tenía una receta paso a paso que me permitió atreverme a empezar. Masacré más de un par de cebollas, pero allí iba.
2. Aprendí las reglas y rompí las reglas:
Después de cinco meses siguiendo las reglas al pie de la letra, había aprendido qué me gustaba y qué no.
Fue entonces cuando empecé a cambiar las medidas, a reemplazar un ingrediente por otro, o incluso a usar ingredientes que había recibido para hacer algo distinto.
Por primera vez estaba pensando y actuando de manera creativa y flexible con respecto a la cocina.
3. Lo hice mío:
Después de tres meses de estar intercambiando ingredientes y haciendo un remix de las recetas, empecé a sentir que recibir los kits de comida me estaba limitando más que ayudando.
Cancelé mi suscripción y ahora puedo ir al súper a comprar mis propios ingredientes, y seguir al pie de la letra (o no) nuevas recetas.
Comparto esta reflexión porque tanto aprender nuevas habilidades como cambiar viejos comportamientos, es un proceso.
Es por eso que usualmente no funciona cuando nos proponemos hacer un cambio brusco en vez de aplicar un plan escalonado para lograr un objetivo.
Si hay un cambio que quisieras hacer, pregúntate primero: ¿cuáles son tus barreras de acción y cómo podría superarlas?
Yo conté acerca de mi proceso en retrospectiva y nueve meses más tarde.
Si hubiera pasado cada día de este proceso preguntándome que cuándo iba a aprender a cocinar, me hubiera rendido hace tiempo. Identifica la habilidad que quieres adoptar o el hábito que quieres abandonar y arma tu plan de acción.
Pero, sobre todo, date el tiempo para pasar y disfrutar del proceso de aprendizaje y échame un cuento en unos meses.
La autora es promotora de emprendimiento