Uno de los escenarios que ofrece mejores lecciones de liderazgo es el deporte; allí, figuras de renombre mundial nos han dejado un legado que merece ser estudiado y practicado. En esta oportunidad quisiera compartir con usted, apreciado lector, tres historias que vale la pena conocer.
La primera es la lección de liderazgo y ejemplo de integridad que nos dejó Cal Ripken Jr., quien fue el campocorto de los Orioles de Baltimore en las décadas de 1980 y 1990. A Ripken se le conoció como el Hombre de Hierro, porque nunca faltó al trabajo. Jugó 2 mil 632 partidos de forma consecutiva entre 1982 y 1998 para dejarnos un legado de constancia y perseverancia. Fue un jugador muy carismático. Salvó al béisbol de una de sus peores crisis, cuando en el año 1994 los peloteros se fueron a una huelga y los fanáticos se alejaron de los parques.
La lealtad es otra característica de este excelente pelotero, pues jugó toda su carrera con Baltimore, a pesar de poder elegir cualquier otro equipo con mayores probabilidades de éxito y ganar más dinero. Su ejemplo, constancia, lealtad, caballerosidad y disciplina constituyen características de un buen liderazgo, digno de estudiar en las principales escuelas de negocios del mundo.
La discapacidad puede ser un factor que inhiba el talento de algunas personas, pero Jim Abbott envió un fuerte mensaje al mundo con su ejemplo. Fue un exitoso pitcher de Grandes Ligas, a pesar de no contar con su mano derecha. Así es, un pitcher sin una mano.
Su liderazgo y capacidad de superación le permitieron llevar al equipo de Estados Unidos a su primera medalla de oro en el béisbol en los Juegos Olímpicos de Seúl (1988). Su nombre quedó en los libros del béisbol el 4 de septiembre de 1993, cuando lanzó un partido sin hit ni carrera frente a los Indios de Cleveland, vistiendo el uniforme de los Yankees, y se retiró en 1999.
Su ejemplo de tenacidad nos recuerda que las barreras se las pone uno mismo y que la capacidad de superación nos puede llevar a cumplir nuestras metas.
Por último, quisiera compartir uno de los mejores despliegues de liderazgo de los últimos años. David Ortiz, conocido como el Big Papi, levantó a la ciudad de Boston y a su equipo después de los atentados de 2013 en el Maratón de Boston.
Un año antes, el equipo estaba totalmente dividido, último en su división, y Ortiz tomó el liderazgo al mandar un mensaje claro a los ciudadanos y sus compañeros. “Esta camiseta que llevamos hoy en día no dice Red Sox, dice Boston… Esta es nuestra ciudad. Y nadie va a dictar nuestra libertad. Seamos fuertes”. A partir de allí se inició un gran movimiento ciudadano y una nueva temporada, el equipo se unió con la meta de ganar la Serie Mundial y darle un regalo a la ciudad, y lo logró.
Su capacidad de unir a la gente en torno a un objetivo, aportar un visión de futuro optimista y conciliadora, y su carácter en tiempos adversos nos dejan una gran enseñanza.
Estos son ejemplos de liderazgo que aplicados a la gerencia pueden llevar a las organizaciones a otro nivel.
El autor es consultor en comunicación estratégica