Un grupo de legisladores acusó al Gobierno británico de carecer de una estrategia integral sobre el crecimiento económico y dijo que la verdadera prueba de un nuevo trato con los bancos debería reflejarse en un alza de los préstamos a las empresas.
Las dudas sobre la efectividad del plan de la coalición, que lleva nueve meses en el Gobierno, para recuperar la economía crecieron desde que los datos del mes pasado mostraron que la economía se contrajo en el último trimestre de 2010.
Estas cifras elevaron la preocupación de que el drástico recorte efectuado al presupuesto pudiera causar un estancamiento de la economía británica.
Las medidas del Gobierno no constituyen un plan conjunto, según afirmó en un informe la Comisión de Negocios, Innovación y Competencia del Parlamento.
“El crecimiento debe estar impulsado por la inversión privada, no por el gasto público”, dijo en defensa del Gobierno el secretario de Comercio, Vince Cable, en una columna publicada en el periódico Financial Times. La comisión legislativa, conformada por legisladores de los principales partidos políticos británicos, dijo que la clave era que las compañías tuvieran acceso suficiente al capital de trabajo.
“Esperamos que el Gobierno cumpla su promesa de no permitir que las empresas del mañana quiebren por no poder atraer inversión”, señaló el informe de la comisión.
Gran Bretaña finalizó un tortuoso acuerdo con los bancos este mes para reducir los bonos e impulsar el crédito a las empresas, pero sus críticos dicen que el plan será difícil de implementar.
La comisión consideró que el acuerdo era un paso en la dirección correcta, pero expresó sus dudas.
“La única evaluación confiable del cumplimiento de los bancos será el nivel de préstamos a las empresas”, indicó.
