Rusia, que alguna vez fue el segundo mayor exportador de trigo del mundo, permitirá que el 1 de julio expire una veda de exportación de granos, medida que puede no contribuir a aliviar la escasez consecuencia de sequías e inundaciones en Europa y Estados Unidos.
Los futuros treparon 79% en el último año en Chicago, la referencia global, conforme el mal tiempo desde Canadá hasta Rusia y Europa destruía las cosechas.
La veda de exportación de Rusia en agosto y los límites de entregas ucranianos redujeron la oferta, lo que favoreció el aumento de los costos globales de los alimentos que analizan las Naciones Unidas a un nivel récord en febrero.
“Aún está por verse si hacen grandes exportaciones a partir de ese momento”, dijo Michael Pitts, director de ventas de materias primas de National Australia Bank.
La eliminación de la veda no necesariamente significa que habrá una oferta suficiente para compensar las pérdidas en Europa y Estados Unidos, manifestó en entrevista desde Sidney.
Los crecientes precios de los alimentos han contribuido a una aceleración de la inflación en todo el mundo, lo que llevó a por lo menos dos decenas de bancos centrales y al Banco Central Europeo a elevar las tasas de interés este año, indican datos que recopiló Bloomberg.
Las mayores tasas de interés pueden frenar el crecimiento económico global, que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos dijo el 25 de mayo que aumentaría de 4.2% de este año a 4.6% el año próximo.
Los agricultores sembraron un 10% más en Rusia y las reservas superaron los 6 millones de toneladas, indicó recientemente el viceprimer ministro primero Viktor Zubkov, según una declaración del Gobierno. Los operadores de granos aceleraron las compras en las últimas semanas y trasladaron las reservas a silos cerca de puertos, anticipándose al fin de la veda, dijo la firma de análisis agrícola SovEcon.