Con tasas de interés elevadas y la economía encaminándose hacia una recesión, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, se está quedando sin opciones para contener la caída del peso, dejando a la golpeada moneda a merced de la volatilidad de los mercados.
El gobierno de Macri ya tomó una serie de medidas para restaurar la confianza en el peso desde que comenzó a verse presionado en mayo, reviviendo recuerdos de la dolorosa crisis que atravesó la tercera economía latinoamericana en 2002.
El peso, que se ha devaluado cerca de 40% en lo que va del año. El banco central de Argentina elevó las tasas de interés a 40% en mayo y Macri cerró un acuerdo de 50 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional en junio, eliminando la necesidad de financiamiento externo y sosteniendo brevemente al peso.