Maersk prueba ruta del Ártico

Maersk prueba ruta del Ártico


Aunque la ruta del Ártico podría ser una alternativa de navegación marítima por tres meses durante el verano en esa zona, algunas navieras la analizan como una opción para el comercio mundial.

El buque portacontenedores Venta Maersk zarpó hace unos días con una carga de pescado congelado y con la intención de navegar a través de la ruta del Mar del Norte, cruzando el océano Ártico. El Venta Maersk es un rompehielos de última generación de 200 metros de eslora, capaz de transportar 3,600 TEU (unidad de contenedor de 20 pies).

Un reporte del diario El País de España indica que la naviera, “que ha llevado los preparativos con gran discreción y sin dar detalles”, podría estar aprovechando el deshielo para abrir una nueva ruta comercial marítima.

De acuerdo con la publicación, se trata de un “ensayo” para recoger datos de cara a evaluar la posibilidad de establecer una ruta comercial para los cargueros de contenedores. También hay buques con otro tipo de carga, como petróleo, que han hecho la travesía.

Consultado sobre esta alternativa, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) manifestó que por su responsabilidad de analizar todas las posibles competencias que enfrenta, y entendiendo que forma parte de un mercado dinámico, la entidad participa desde hace más de una década en conferencias internacionales que estudian la navegación por el Ártico. Allí, indica, de primera mano, se recoge información de actores como las navieras y autoridades de los países con intereses en esta ruta. Para la ACP es importante darle seguimiento a todas las condiciones que incidan sobre la competitividad de la ruta.

“En recientes conferencias sobre el tema, los participantes han coincidido en que la navegación por esta ruta seguirá presentando grandes dificultades, incluso con la disminución de la cobertura de hielo que se espera ocurrirá en las próximas décadas”, señaló la ACP.

Actualmente, la presencia del hielo obliga a los buques a navegar a velocidades máximas de ocho nudos, lo cual disminuye las ventajas que ofrecería el ahorro en distancia.

No hay un solo “paso del Noroeste’, sino varios – por lo menos cinco – y aquellas rutas con calado de hasta 14 metros suelen presentar las condiciones climáticas más impredecibles y adversas para la navegación comercial durante el verano”.

Por eso, la mayoría de los expertos coinciden en que la navegación ártica a través del “paso del Noroeste” tendrá mayores posibilidades en el ámbito turístico y de exportación canadiense de materias primas en el comercio de productos terminados en contenedores, principal mercado del Canal de Panamá. Esto se debe a que la operación de carga contenerizada requiere de una red que le permita realizar trasbordos para dejar y recoger mercancía que le representa ingresos adicionales. El Ártico carece de esta conectividad.

“El cambio climático que está causando el deshielo del Ártico es una realidad; sin embargo, hay otros factores comerciales y hasta geopolíticos que complicarán su viabilidad como ruta para el comercio mundial”, añade la ACP.

De hecho, de acuerdo con el Convenio de Derecho del Mar, la jurisdicción de las aguas territoriales que deben proveer “paso inocente” a las embarcaciones está dividida entre Estados Unidos, Dinamarca, Canadá y Rusia, lo cual significa que deben ponerse de acuerdo estos países en cuanto a lo que se permitirá en cada área de esta ruta marítima.

Panamá tiene una posición estratégica para el comercio

El Canal de Panamá es una ruta estratégica para la industria naviera. Su posición geográfica le permite atender la demanda comercial. Esto obedece a que más del 70% de la población mundial se concentra en los meridianos centrales del globo terráqueo.

Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia, cuatro países del noroeste europeo, suman 27 millones de habitantes, es decir, 20 millones menos que Colombia.

Adicionalmente, con la ampliación, el Canal de Panamá ofrece una ruta más eficiente al permitir el transporte de mayor carga en una ruta más corta, incidiendo de manera directa en la reducción de emisiones de Co2. De acuerdo con la ACP, “para que la ruta ártica sea totalmente viable, todavía deben determinarse los costos reales y las coberturas de los seguros marítimos, debido al alto riesgo de su navegación”.

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