El Metrocable de Medellín (noroeste), un sistema de teleférico masivo que salva enormes desniveles, se ha convertido en una solución viable para conectar los barrios marginales ubicados en laderas de montaña con los centros urbanos de las ciudades latinoamericanas.
La apertura hace un año de la segunda línea operativa, que lleva hasta la Comuna 13, en el noroeste de la ciudad, ha logrado que los habitantes de este intransitable paraje masificado y apenas asfaltado puedan sentirse parte de Medellín.
Ciudades como Río de Janeiro y Caracas, con favelas o barrios de millones de habitantes ya mostraron su interés por este sistema revolucionario de tecnología francesa y muy bajo coste.
La línea de la Comuna 13 tiene una longitud de 2.7 kilómetros y capacidad para transportar por hora a unas 25 mil personas.
Varios pilones, levantados sobre las escarpadas laderas de la loma, funcionan como nexos de unión de un sistema de cableado de acero que sostiene 90 cabinas para ocho personas cada una.