Nestlé, S.A., dijo que podría vender su negocio de confitería en Estados Unidos, incluyendo las marcas Butterfinger y Crunch, conforme explora opciones estratégicas para dicha división en medio de una débil demanda de chocolate.
La revisión se completará a finales de año, según un comunicado emitido ayer por la compañía suiza.
La unidad registró ventas de alrededor de 900 millones de francos ($923 millones) en 2016.
La industria alimentaria está bajo presión para reducir costos después de que la oferta fallida de Kraft Heinz Co., por Unilever, a principios de este año demostró que incluso las compañías más grandes del sector podrían convertirse en blancos de compra. Los fabricantes de chocolate, en particular, luchan con el débil consumo estadounidense conforme esos clientes se alejan cada vez más del azúcar.
En marzo, Hershey Co., anunció planes de recortar 15% de su fuerza laboral 6 meses después de rechazar una oferta de adquisición de Mondelez International Inc.
Este es el primer cambio estratégico de Mark Schneider, quien se convirtió en presidente ejecutivo de Nestlé este año. Dijo que tiene como objetivo impulsar la estrategia de salud de la empresa.