En agosto de 2014, Maryam Mirzakhani fue la primera mujer en 78 años en ganarse una Medalla Fields- el más alto honor en reconocimiento matemático, de alguna manera, el “Nobel de matemáticas” si lo quieren pensar así.
Este reconocimiento a Mirzakhani es un logro comparable al de Marie Curie cuando recibió los premios Nobel por química y física. Mirzakhani es un ejemplo más de que las mujeres pueden destacarse en las ramas STEM.
STEM es un acrónimo que se traduce a: Ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus siglas en inglés. Históricamente, estas ramas se han considerado trabajos desempeñados por hombres. Sin embargo, la tendencia es sociológica y no biológica.
Un estudio de 2006 de la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Science) de Estados Unidos, reporta que biológicamente no existen diferencias entre los hombres y las mujeres para desempeñarse en ciencias o matemática. La diferencia radica en estereotipos que empiezan a temprana edad, desde que a los niños les dan Legos y a las niñas, Barbies.
Es por eso que Debbie Sterling lanzó su compañía GoldieBlox, con la intención de “disrumpir’ el pasillo rosado en las jugueterías y retar los estereotipos de género” para introducir a las niñas al mundo de la ingeniería. Siguiendo los principios STEM, GoldieBlox ofrece juguetes, libros, aplicaciones, videos que empoderan a las niñas a fortalecer su confianza en matemática y considerar estas carreras como parte de su futuro. Si buscas los juguetes de GoldieBlox, encontrarías, por ejemplo, un kit con el cual las niñas pueden armar una casa de muñecas reimaginada; con pasillos secretos, zipline y muros escalables que pueden construir con 350 piezas y palancas que siguen conceptos de arquitectura y diseño. GoldieBlox es uno de muchos intentos de inspirar a las niñas a acercarse a la ingeniería y la tecnología. Ejemplos de otras organizaciones que trabajan con este propósito en mente son:
1. Girls Who Code: Una organización que ofrece un programa intensivo de verano para adolescentes de 17 y 18 años. El programa de siete semanas les enseña a las jóvenes a escribir códigos y las expone a trabajos en la industria tecnológica. (Código es corto para los lenguajes de programación que componen websites, software y aplicaciones). El programa es GRATIS y se lleva a cabo en oficinas de compañías como: Facebook, Microsoft y AT&T. ¡Solo hay que aplicar! Puedes encontrar más información en www.girlswhocode.com
2. Laboratoria: Laboratoria es el proyecto de la peruana Mariana Costa. Es un centro de formación tecnológico que ofrece un programa para enseñarles a mujeres (comúnmente) entre 18 y 35 años también a escribir código y así ampliar enormemente sus oportunidades laborales. Para aplicar a Laboratoria no existen requisitos de estudios previos ni escolares ni académicos de ningún tipo, por lo cual esta se ha convertido en una oportunidad no antes vista para muchas mujeres de escasos recursos en su país. Laboratoria se ha vuelto en una fuente de talento para empresas en Perú, México, Chile y Estados Unidos. Puedes encontrar más información aunque sea como inspiración en www.laboratoria.la
3. MenTe en Acción: MenTe es uno de los proyectos de la organización costarricense Ideas en Acción. Es un programa de 12 semanas que empodera a 50 mujeres a descubrir la ingeniería y programación. Además, el programa se complementa con mujeres profesionales en el mundo de ciencia y tecnología para crear una red aspiracional y de apoyo.
Cada vez más, más mujeres ocupan posiciones de liderazgo en la revolución tecnológica. No todas las personas ni aprenderán ni querrán aprender a escribir código, pero limitar culturalmente a las mujeres clasificando las carreras, perpetúa la brecha laboral entre hombres y mujeres. Debemos aprender a reconocer nuestros prejuicios de género para expandir las opciones que les brindamos a nuestras hijas. Si tienes hijas con destrezas lógicas o visual-espaciales, no desaproveches la oportunidad de potenciar su desempeño en STEM. Empoderemos y apoyemos a la nueva generación de niñas ingenieras, científicas, matemáticas y programadoras. Y preparémonos para ver los resultados de un futuro con más mujeres en la cancha y no en las gradas.