El plan de Brasil para privatizar su mayor empresa de energía eléctrica, Eletrobras, enfrenta más obstáculos tras el nombramiento de Wellington Moreira Franco al frente del Ministerio de Energía de Brasil.
Moreira Franco, un aliado cercano del presidente Michel Temer y actualmente investigado por corrupción, reemplaza a Fernando Coelho Filho, quien renunció la semana pasada para presentarse en las elecciones de octubre. Considerada una opción política más que técnica para esa posición clave del Gabinete, la nominación de Franco suscitó críticas incluso de los miembros del partido de Temer.
“Este nombramiento inesperado, aunque se hizo con la intención de acelerar la venta de Eletrobras, en realidad puede crear más obstáculos“, dijo Newton Cardoso Jr., un legislador de la cámara baja que pertenece al partido gobernante y también es miembro de un comité especial que supervisa la privatización.
Las acciones en Eletrobras, formalmente conocida como Centrais Elétricas Brasileiras, S.A., han bajado un 13% desde el 5 de abril, cuando se conocieron informes de que Temer consideraba designar a Franco para el Ministerio de Energía en lugar de elegir a Paulo Pedrosa, que era el número 2 en el organismo.
“El nombramiento genera dudas sobre el futuro de la privatización de Eletrobras“, dijo Thais Zara, economista jefa de Rosenberg Consultores Associados, con sede en Sao Paulo. “Por su perfil, Franco está teóricamente a favor de la privatización, pero es un nombramiento político en un año electoral, lo que complica las cosas”.
La secretaría de prensa de Franco no respondió a las solicitudes de comentarios de Bloomberg. El ministro le dijo al periódico local O Estado de S.Paulo que llevará a cabo los planes de privatización de Eletrobras sin cambios.
Si bien la venta de la compañía ya parecía desafiante en tanto los legisladores se concentran cada vez más en las próximas elecciones, los inversores estaban más optimistas sobre las perspectivas del sector eléctrico en general bajo Coelho Filho.
Durante su mandato de dos años, el ministro más joven de Temer se ganó los elogios de la industria del petróleo y el gas al hacer cambios reglamentarios que tornaron a Brasil más atractivo para las petroleras extranjeras.
Otro desafío para el nuevo ministro de energía será negociar una masiva subasta de petróleo que podría generarle al Gobierno ingresos de hasta $30 mil millones. La subasta es clave para reducir el déficit fiscal del país, pero implica una negociación complicada de los términos entre Petrobras y el Gobierno. La nominación de Franco lo protege aún más de la investigación por corrupción llamada Lava Jato.
El ministro había sido blanco de los fiscales el año pasado, cuando Temer le creó un puesto especial en el Gabinete, lo que obligó a enviar su caso al tribunal superior del país, donde los fallos suelen tardar más tiempo.