La automatización ha cambiado todos los modelos de negocios. Procesos como pedir un taxi o una pizza son totalmente distintos a los que se realizaban en tiempos de la generación baby boomer (nacidos entre 1946 y 1965), o sin ir muy lejos, de la generación nacida antes de 1980.
El año pasado, por ejemplo, Dominos Pizza llevó a cabo la primera entrega de un pedido sin el tradicional repartidor en Nueva Zelanda. Decidió innovar con las nuevas tecnologías a través del envío de su principal producto por un dron.
A escala mundial, miles de empresas, como Amazon y Google, también se alistan para adoptar estos nuevos patrones de automatización, mientras surgen varias dudas sobre el futuro del trabajo y la mano de obra.
¿Qué cambiará? ¿Serán los empleos, las carreras académicas y profesionales, o la manera como se llevan a cabo algunas actividades actualmente?
De acuerdo con el último informe del Foro Económico Mundial, el 65% de los niños que entran hoy a la escuela primaria terminará trabajando en empleos de tipo enteramente nuevo, que no existen todavía.
Las profesiones serán otras. Microsoft estima que surgirán trabajos como “guía espacial o diseñador del cuerpo humano”.
Para Eric Molino, representante de la compañía financiera Shanghai Gorgeous Inv., en el futuro se generarán cambios en el mercado laboral tal como ha sucedido en todas las revoluciones industriales, pero estas transformaciones “no serán negativas”.
“Definitivamente se desplazarán empleos, pero eso no necesariamente indica que aumentará el desempleo, al contrario, las personas se enfocarán en actividades que generarán valor”.
El especialista, que participó como panelista en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2017, organizada por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), piensa en positivo. Para él, la tecnología relegará las tareas tediosas, repetitivas y de alto volumen.
Estima que a corto plazo, con los adelantos de la robótica y la inteligencia artificial, las posiciones que serán desplazadas son las de alto riesgo (limpiador de ventanas en un rascacielos o bomberos).
Sin embargo, insiste en que las nueva generaciones no deberían preocuparse por los empleos que serán desplazados, sino en las habilidades que actualmente se enseñan para hacer los trabajos del futuro.
“Las máquinas no operarán solas, por lo que la duda surge en saber si realmente se está capacitando a las personas del mañana”, dijo.
Otro que coincide en este tema es Diego Molano, asesor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para América Latina y el Caribe, quien apuesta por un cambio educativo, a fin de entrenar a las nuevas generaciones.
Explica que actualmente en el mercado laboral local hay un déficit de aproximadamente 5 mil personas entre ingenieros y técnicos.
Además, el número de personas que entran a las universidades a estudiar estas carreras está cayendo, es decir, no solo la demanda está aumentando, sino que la oferta está disminuyendo.
EMPLEADOS ‘MULTITASKING’
En el futuro laboral, saber una sola tarea tampoco será suficiente.
Para el representante del BID los profesionales del futuro tendrán que dominar temas como el fintech (la internet del dinero), la big data y programación para ser exitosos. “Es un reto muy grande, pero el país que produzca talentos en estas áreas será un país competitivo”, sostiene.
En este contexto, las empresas también tendrán que adoptar más tecnologías, para no ser desplazadas.
Según datos compilados por Spiceworks, una empresa de monitoreo de redes de tecnología de la información (TI), una de cada ocho laptops y PC de escritorio corporativas en el mundo todavía usa Windows XP, un sistema presentado en 2001 y abandonado por Microsoft en 2014.
“Los empleadores no se dan cuenta de que están gastando millones de dólares en salarios pero —al no actualizar la TI de las oficinas— están malgastando dinero”, dijo Mohammad Ali Khan, director administrativo de Pacific Infotech, una consultora en TI con sede en Londres.
Mientras tanto, otras empresas avanzan en implementaciones tecnológicas a otro nivel.
La startup sueca Epicenter, ofrece a sus empleados y miembros implantarles un microchip del tamaño de un grano de arroz y que sirve como tarjeta electrónica para abrir puertas, operar impresoras o comprar productos con un movimiento de la mano.
La empresa pionera en este sistema, que nunca había sido usado en empleados, es la base de más de 100 compañías y unos 2 mil empleados. Comenzó los implantes en 2015, ahora, unos 150 empleados los tienen.
CASO PANAMÁ
Panamá no está exento a estos cambios automatizados. De hecho, la incorporación de servicios como Uber ha impulsado el uso de nuevas tecnologías.
Michael Shoemaker, gerente general de Uber para América Latina, explicó cómo este nuevo modelo de negocio ha facilitado la movilidad a miles de personas de una manera más segura.
Sostiene que el servicio ya está presente en más de 100 ciudades de la región.
Panamá fue el quinto país donde se lanzó la plataforma. Actualmente el equipo de trabajo está integrado por 8 mil personas y cerca de 200 mil clientes en el país.
El vocero de la empresa de capital estadounidense explica que Uber representa la principal fuente de ingresos para el 50% de sus socios.
El año pasado, el competidor del taxi lanzó un modelo de carro autónomo con el que estima ser una pieza fundamental del futuro del transporte.
Por ahora, para el buen funcionamiento del vehículo, estará una persona en el asiento del conductor, que servirá de supervisor, para tomar notas y ver que todo funciona como debe, pero se estima que en el futuro esta posición sea suprimida.
“Cada año, 1.3 millones de personas mueren en accidentes de tránsito, el 93% se generan por un error humano, por lo que con la implementación de carros autónomos se busca generar menos siniestros”, dijo el vocero de Uber.
En Panamá, a pesar de que los modelos de negocios en datos y analítica están en maduración, ya varias empresas avanzan hacia la automatización y las posiciones del futuro.