El oleoducto colombiano Caño Limón-Coveñas reanudó operaciones tras una parálisis de seis meses por una serie de ataques de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el robo de crudo con válvulas ilegales, informaron ayer fuentes militares y del sector petrolero.
La tubería de 773 kilómetros de longitud, que sufrió su parálisis más larga desde que comenzó a funcionar en diciembre de 1985, ha sido blanco de 58 ataques este año atribuidos al ELN, a lo que se suma el hallazgo de 41 válvulas ilícitas para la sustracción de crudo.
“La operación se restableció el 10 de julio después de 180 días de parálisis y hasta ahora no ha habido nuevos inconvenientes”, dijo a Reuters una de las fuentes consultadas.
La suspensión del bombeo por los ataques al oleoducto comenzó el 10 de enero.
La parálisis del bombeo no afectó la producción de los campos de Caño Limón debido a que el petróleo se evacuó por otro oleoducto.
Tampoco alteró las exportaciones, de acuerdo con fuentes del sector petrolero y de Ecopetrol.
Aunque el ELN mantiene una negociación de paz en Cuba con el gobierno de Juan Manuel Santos y declaró dos ceses del fuego unilaterales y temporales para la reciente elección presidencial, no ha pactado una nueva suspensión de hostilidades y continúa con sus ataques.