Los inversores chinos están tan desesperados por retirar su dinero de los activos denominados en yuanes que están comprando cada vez más acciones con algunos de los peores desempeños del mundo.
La semana pasada, los compradores de China continental adquirieron acciones de Hong Kong por medio de la conexión entre su bolsa y la de Shanghái por décima semana consecutiva, a pesar de que el índice Hang Seng se desplomó 6.7%. Operadores chinos poseían $17 mil 100 millones en acciones de la ciudad, la mayor suma desde el comienzo del programa bursátil en 2014, y $3 mil 605 millones más que en octubre.
Ante el debilitamiento del yuan, los inversores están buscando una salida, según Reorient Group, Ltd. “Comprar acciones de Hong Kong es como comprar el dólar de Hong Kong”, dijo Uwe Parpart, estratega jefe de la correduría. Los inversores del continente esperan “una mayor depreciación y cuando eso ocurre, irse es una buena idea. Si uno compra a cierta tasa y luego el yuan cae, uno podría seguir ganando aunque caiga el mercado accionario”.
Hong Kong y otros mercados del continente se encuentran en el epicentro de una depresión global de las acciones alimentada por la preocupación ante la moneda en caída y la gestión económica de China.
El índice Hang Seng cayó 9.2% este año hasta el lunes pasado y una depresión en Shanghái y Shenzhen eliminó más de 1.3 millones de millones de dólares en valor.
Como los analistas esperan que el yuan se debilite más frente al dólar y las restricciones a los flujos de salida de capital están reduciendo las opciones de inversión, la conexión bursátil ofrece una forma aprobada por el Gobierno de que los operadores chinos posean activos en una moneda cada vez más fuerte.