El camino de Gran Bretaña a la recuperación económica será pedregoso, pero la coalición de Gobierno sigue comprometida con atacar un déficit presupuestario histórico, dijo ayer el ministro de Finanzas George Osborne.
Osborne dijo a líderes empresariales en Londres que el Gobierno se encontraba bien encaminado para eliminar un déficit cercano al 10% de la producción nacional en cuatro años, señalando que no veía la necesidad de más alzas de impuestos ni reducciones de gastos.
El Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) dijo ayer que su panorama a corto plazo para el crecimiento empeoró con respecto a febrero. Datos oficiales publicados el mes pasado mostraron que la economía efectivamente se mantuvo sin gran actividad en los últimos meses.
“La recuperación será dispareja”, indicó Osborne a una audiencia de líderes empresariales en Londres. “Los altos precios de las materias primas, los terremotos en Japón y la incertidumbre en la zona euro están pesando sobre el crecimiento de todo el mundo”, sostuvo.
Críticos, incluyendo al opositor Partido Laborista, advirtieron que las fuertes medidas de austeridad de la coalición gobernante arriesgan con descarrilar la frágil recuperación de Gran Bretaña, especialmente dada la probabilidad de que las tasas de interés suban a fines de este año.
El mal desempeño de los liberales demócratas -el menor partido de la coalición- en elecciones locales y la derrota del partido en un referendo para cambiar el sistema electoral también aumentaron los temores de que las tensiones al interior de la coalición obstaculicen el plan contra el déficit.