Los bajos precios del crudo han ocasionado que Petróleos Mexicanos (Pemex) reduzca cada vez más su gasto. En el primer trimestre de 2016, registró una baja de 26.8%, respecto del mismo periodo del 2015, reportó El Financiero.
De acuerdo con reportes de este medio, las estadísticas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), muestran la reducción más alta desde 2,000, si sólo se consideran los primeros tres meses de cada año.
A Pemex no le ha quedado de otra que ejercer presión sobre sus gastos frente a un abrumadora caída de sus ingresos que no da tregua.
La revisión de sus resultados en 2015 muestra que sus pérdidas reales fueron de 40,000 millones de dólares, un 36% más de lo anunciado a principios de año, publicó el fin de semana El País.
La cifra da idea del tamaño del desastre, precisó el diario español.
No sólo son las mayores pérdidas de su historia y de cualquier empresa mexicana, sino que duplican con holgura las del año anterior.
Su magnitud explica también el fulminante descabezamiento de su anterior director general y su reemplazo por José Antonio González Anaya, un prestigioso economista especializado en reflotar barcos hundidos.
La empresa pública es el principal contribuyente del Estado, al sostener una carga fiscal cercana al 70%. Pese a ello su contribución a las arcas ha pasado en un solo año a representar del 30% de los ingresos públicos al 20%.
Un descenso que ha activado todas las alarmas. Si Pemex se ahoga, México también. La primera medida de Anaya fue lanzar un recorte de $5,500 millones de dólares, pero los resultados están por verse.
