Cuando el próximo 12 de julio se ponga en práctica la nueva norma de poner el peso al pan artesanal, los precios seguirán siendo los mismos que se ofertan por unidad. La única diferencia es que el consumidor tendrá el derecho a “exigir” que el producto sea llevado a una balanza, para verificar que su peso es consecuente con el precio que está pagando.
Así lo reconocen fuentes de la industria, tras aprobarse recientemente la Resolución No. 001 de 18 de febrero de 2011, emitida por el Ministerio de Comercio e Industrias, que establece que en julio próximo los proveedores de este tipo de pan tienen la obligación de colocar el peso en el producto terminado.
Inicialmente se pensaba que los consumidores comprarían en las tiendas y panaderías un cuarto, media o una libra de pan, en lugar de pedir el producto por unidad, lo que probablemente incidiría en los precios a la baja.
Sin embargo, el único cambio temporal es que estará a la vista y a disposición la verificación del peso del producto. La venta se hará como siempre. Por ejemplo, 10 bolitas de pan a 10 centésimos cada una.
Jorge Noel, presidente de la Asociación de Industriales Panaderos de Panamá, aclaró que la clientela continuará pagando lo mismo.
En otras palabras, lo que señala este empresario es que un pan “michita”, que podría tener unas 2 onzas o más y tiene un precio de 10 centésimos actualmente, seguirá costando lo mismo, con la única diferencia de que el comprador podrá verificar el peso del producto y de esta manera decidir si vale la pena la compra o hay una mejor opción dentro de los productos que ofrezca un comercio.
Esta iniciativa se debe en parte a las denuncias de los consumidores de que los panes populares –llámese “michita”, viril o flauta– se han reducido de tamaño y algunos están muy “inflados”.
Noel también aclara que el peso no tiene nada que ver con la estructura del producto. “Es lo mismo una libra de plomo, que una libra de pluma, lo que cambia es el volumen”.
Las panaderías seguirán ofertando sus panes al precio que consideren, debido a que en Panamá impera el mercado de libre oferta y demanda.
Para Edilma López, jefa del Departamento de Metrología Legal de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), el beneficio de pesar el pan es que el consumidor “va a tener la certeza de estar obteniendo la cantidad de producto que paga, logrando de esta manera una transacción comercial más justa”.
La pastelería Noel, en ciudad capital, desde hace una semana mantiene en su local carteles con el peso y precio de algunas categorías de panes artesanales con el fin de ir educando a su clientela. Otras dos panaderías, como Mr. Pan y Tía Mamy, implementarán esta iniciativa en los próximos días.
Mientras tanto, la Acodeco dice que lleva adelante una campaña de docencia, tanto con los consumidores como con los agentes económicos, con el fin de que se conozcan los detalles de la ejecución de la nueva medida.
