Muhammad Ali y Joe Frazier protagonizaron la trilogía más espectacular en la historia del boxeo profesional. Decir que estos míticos personajes eran antagónicos siempre se quedará corto al tratar de describir lo que representaron para un deporte que andaba de capa caída en la década de 1970. Entre tanta novela, a la postre nació un respeto y hasta admiración entre estos dos gladiadores.
En el marco de un programa televisivo pero con la misma magia que rodeaba las peleas de Ali y Frazier, se enfrentaron dos titanes del mundo empresarial cuando David Rubenstein, cofundador de The Carlyle Group, lanzaba inquietantes preguntas al incomparable Jeff Immelt, hasta hace poco líder de General Electric. La conversación puede fácilmente ser material para un doctorado en ciencias financieras, liderazgo o economía mundial.
Dos respuestas del frío y calculador Immelt llevan inevitablemente a pensar en Panamá: al ser cuestionado sobre lecciones aprendidas como líder de General Electric, sin titubear mencionó que sería hoy un gran error no mirar a China como un aliado comercial, pero hacerlo bien implica alineamiento con mejores prácticas corporativas que quizás sean difíciles de alinear, como el respeto al medio ambiente y a la transparencia comercial.
Resulta interesante el timing de los comentarios del señor Immelt considerando que la comitiva del presidente Juan Carlos Varela está programada para ir a China en estos días a firmar acuerdos y estrechar los vínculos comerciales.
Entendemos que acompañará al presidente un distinguido grupo de empresarios que seguramente identificarán oportunidades con sus pares chinos.
La otra respuesta del señor Immelt tuvo que ver con los mercados donde General Electric mantiene inversiones. Simplemente se limitó a decir: “Ya estamos donde queremos estar”. A pesar de ser la nación que más inversión extranjera atrae en la región, es de común opinión entre analistas que estamos lejos de materializar el potencial económico del país ante una falta de planteamiento y ejecución de la visión que nuevos pilares económicos requieren (turismo, logística, innovación). La posición geográfica, el hub logístico o la educación necesaria para atraer capitales quedan relegadas a un segundo plano si no existe la transparencia plena que se traduzca en seguridad jurídica.
¿Cómo pretendemos atraer capitales de General Electric o de China si no somos capaces de garantizar que dichas inversiones serán tratadas con seguridad? No llegar al fondo del caso Odebrecht, o peor aún, pretender que el fondo es encontrar selectivamente culpabilidad, envía el peor de los mensajes al potencial inversionista extranjero.
Para pelear de tú a tú contra los grandes colosos mundiales se necesitan valores, principios, astucia y una devoción extraordinaria por la ejecución eficiente.
Panamá perdió el pasado 2 de noviembre a uno de sus más destacados campeones peso pesado en materia empresarial y filantrópica cuando don Federico Humbert descansó en paz. Su legado vivirá por siempre en sus hijos, sus nietos y quienes tuvimos la suerte de conocerlo. En este mundo de luchas corporativas, de golpes certeros y de desgaste constante debemos preguntarnos: ¿Qué haría don Freddy en estos momentos? Puede ser la luz que necesitamos. Sin miedos, ni temores, avancemos en nuestras peleas contra los pesos pesados que nos agobian.
El autor es economista