Beverly Hills, sede de algunas de las propiedades más caras de Estados Unidos, se está convirtiendo en un costoso campo de batalla por los bienes raíces.
De un lado está el desarrollador Beny Alagem, que ha inundado a los residentes con llamadas y correos electrónicos que promueven una votación de sondeo en noviembre que le permitirá combinar dos torres planeadas de condominios en un único edificio, el cual será el más alto del enclave californiano.
Alagem, dueño del hotel Beverly Hilton, ya ha gastado 3.1 millones de dólares en la campaña, o casi 140 dólares por cada uno de los 22 mil 500 votantes registrados de la ciudad.
Por el otro lado, hay un adversario aún más rico, y con sus propios planes para la exclusiva comunidad que está a medio camino entre el centro de Los Ángeles y la costa del océano Pacífico.
Dalian Wanda Group Ltd., una firma desarrolladora china que encabeza Wang Jianlin –la 19ª persona más rica del mundo, con un patrimonio neto de 32 mil 700 millones de dólares–, propone dos torres enfrente del proyecto de Alagem.
Wanda Group también tiene previsto gastar un monto de dinero no revelado para combatir la votación de sondeo, según documentos presentados a la municipalidad.
“Buscamos una solución de compromiso, pero ellos decidieron pelear”, dijo el alcalde de Beverly Hills, John Mirisch, que se opone a la propuesta de Alagem. Aunque el funcionario no ha asumido una posición respecto del plan de Wanda Group, que prevé un edificio mixto de 15 pisos, hotel y departamentos en condominio, y otro adyacente de 13 pisos de condominios, elogió a la compañía por buscar la aprobación del municipio en vez de ir directo a los votantes.
Los proyectos de Alagem y Wanda Group están uno frente a otro sobre Merv Griffin Way, en un triángulo limitado en dos de sus lados por los bulevares Wilshire y Santa Mónica, importantes arterias que atraviesan Beverly Hills camino al mar.