El proyecto de reconversión a carbón que opera desde el 16 de marzo la empresa Bahía Las Minas (BLM), en la cual el Estado tiene el 49% de las acciones, tuvo una inversión de $165 millones, unos $25 millones más que el costo inicialmente proyectado.
La reconversión a carbón debió empezar operaciones el 1 de enero de 2010, pero se atrasó por más de un año debido a diferentes tropiezos durante la construcción de la caldera.
BLM se vio obligada a comprar energía más cara en el mercado eléctrico local para cumplir con el contrato de suministro con Elektra Noreste S.A. (Ensa), vigente desde el 1 de enero de 2010.
Esta compra de energía más cara generó pérdidas a la empresa, confirmó Philippe Delmotte, gerente de GDF Suez Energy Central America, pero no reveló el monto.
La construcción de esta caldera a base de carbón pasó por varios inconvenientes: primero la quiebra del subcontratista italiano Sadelmi, que realizaba los trabajos de construcción, obligó a Suez a buscar otra empresa para completar la obra, pero también tuvo que rescindirle el contrato.
Finalmente, el 16 de marzo pasado GDF Suez comenzó a operar la planta de carbón con 120 megavatios de capacidad, pero en estos momentos está generando un promedio de 100 megavatios. La semana pasada el Gabinete autorizó un contrato de aval con el Banco Nacional de Panamá (BNP) por $12 millones para garantizar las obligaciones de BLM.
En octubre de 2009 también se autorizó un préstamo con el BNP por $40 millones para impulsar el desarrollo del proyecto.
De las empresas eléctricas en las cuales el Estado tiene acciones desde 1997, BLM es la única que hasta la fecha no le ha reportado dividendos.
La reconversión consistió en sustituir las tres calderas de vapor de 40 megavatios, cada una a base de bunker C, por una nueva que funciona con carbón pulverizado.
Pese a que el uso de carbón ha generado oposición por su efecto en el ambiente, Delmotte afirma que el porcentaje de contaminación es menor que el producido con bunker que se utilizaba anteriormente.