Centroamérica es un puente geográfico, biológico y cultural de 53 millones de hectáreas y más de 200 tipos de ecosistemas. De ahí la gran riqueza y diversidad de los bosques centroamericanos, que albergan especies valiosas y miles de productos no maderables como el cacao y la vainilla, entre otros.
De los bosques deriva una serie de bienes económicos y servicios de gran valor para la sociedad y desde el punto de vista económico, nuestra región tiene una serie de ventajas competitivas para desarrollar negocios sostenibles con ellos. Sin embargo, a pesar de ser valiosos los estamos destruyendo a pasos acelerados. De acuerdo con la última evaluación de recursos forestales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en los últimos 25 años la cobertura forestal de Centroamérica pasó de 27 millones de hectáreas en 1990 a 20 millones de hectáreas en 2015. Las causas son complejas y están asociadas a patrones culturales, modelos de desarrollo económico y nivel de pobreza que han fomentado procesos alarmantes de deforestación, tala y comercio ilegal de madera; y de otros productos no maderables.
El programa de la FAO y la Unión Europea sobre la mejora en la aplicación de las leyes, la gobernanza y el comercio forestal busca contribuir a reducir y eliminar el aprovechamiento y comercio ilegal de madera mediante la utilización de las fuerzas de mercado y el mecanismo de precios como instrumentos de buena gobernanza. A través de ellos se podrá alcanzar la conservación de los ecosistemas forestales, la reducción de la pobreza y la creación de medios de vida dignos para las personas que coexisten con los bosques.