Rescatan reses del tiempo colonial

Rescatan reses del tiempo colonial


La ganadería en el istmo se remonta al año de 1521, cuando en medio de una escasez de alimentos en Panamá, la corona española accedió a la solicitud de Pedro Arias de Ávila (Pedrarias Dávila), fundador de la ciudad de Panamá y gobernador de Castilla del Oro, de importar animales y alimentos desde la isla de Santiago (Jamaica).

En ese primer embarque llegaron a la nueva ciudad de Panamá 50 reses, igual cantidad de becerras, mil cerdos, 200 ovejas y 2 mil cargas de pan cazabe (una especie de yuca), que fueron repartidos entre sus habitantes.

Estos animales ingresaron por Santa María la Antigua, Darién, y se establecieron hatos ganaderos en Panamá; Natá, en Coclé y en Remedios, provincia de Chiriquí, según la investigación, Historia de los bovinos en Panamá y su relación con las poblaciones bovinas de Iberoamérica.

Debido a sus características geográficas, Panamá se convirtió en un punto importante de dispersión de animales hacia el norte, por toda Centroamérica, y hacia el sur, durante la conquista del imperio inca, actual Perú.

Estos animales hacían su primera escala en Panamá, para luego continuar hacia Perú y Ecuador, detalla el documento sobre la historia de los bovinos en Panamá.

De ese primer embarque de ganado bovino que llegó en 1521, en el país aún permanecen las razas criollas guaymí y guabalá. Son animales más resistentes a los efectos del cambio climático y tienen un alto potencial para la producción de carne y leche.

Especialistas del Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá (Idiap), trabajan en la conservación de estas dos razas criollas en hatos o núcleos de reproducción en el país.

“El objetivo de este proyecto es establecer en el país un banco genético que nos ayude a desarrollar mejores programas de reproducción ganadera”, manifestó Axel Villalobos Cortés, doctor en genética molecular del Idiap.

En el mapa genético de las razas bovinas, el guaymí y guabalá se distingue por ser animales que conservan su identidad ibérica, tienen una estructura genética definida y no están contaminados con otras razas, explicó Villalobos.

“Tras años de investigaciones se pudo identificar que las razas guaymí y guabalá son distintas entre ellas, pero también guardan diferencia con otras razas bovinas del mundo”.

En el Idiap trabajan en tres investigaciones. Una de ellas es la identificación de 10 mil marcadores. Estas muestras con los genes de los animales se enviaron a Europa y el objetivo es conocer la resistencia de estas razas criollas a enfermedades y su adaptación al cambio climático.

“Al identificar los genomas de estas dos razas criollas, se podrán desarrollar mejores programas de mejoramiento genético, con animales más resistentes a los efectos del cambio climático. También se podrá identificar nuevos genes y lograr la repoblación ganadera en la comarca Ngäbe-Buglé”, explicó el investigador del Idiap.

Los núcleos de investigación de la raza criolla guaymí están ubicados en El Coco de Penonomé y Río Hato, provincia de Coclé, en Las Ollas Arriba, Capira, Veraguas y en Gualaca, Chiriquí. Las guabalá están en Chirquí.

En cada núcleo de investigación conservan 30 animales de estas razas puras que llegaron a Panamá en el tiempo de la colonia.

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