Panamá finalmente reportó ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) los nuevos brotes de tuberculosis bovina, detectados en diciembre de 2016.
Pero los países miembros del organismo internacional no tienen a mano la información detallada y oportuna del brote en la sección de “alerta inmediata”, que es donde se advierten de recientes brotes.
Las autoridades agropecuarias panameñas presentaron la documentación en un informe semestral.
Como Panamá no está libre de tuberculosis bovina, en diciembre de 2016 se notificó al organismo en el informe semestral de las enfermedades, infecciones e infestaciones de los animales terrestres de la lista de la OIE. Así justificó el método Bredio Velazco, director de Salud Animal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA).
En la Hacienda la Montana, se reportaron 63 casos desde diciembre de 2016, y el MIDA se tardó cuatro meses en sacrificar los animales, lo que pone en riesgo la ganadería y la salud pública del país.
Conforme al código sanitario internacional, la tuberculosis bovina es una afección de notificación obligatoria, al tratarse de una enfermedad infecto transmisible crónica que afecta a los animales y al hombre. Se contagia a través del contacto con las secreciones de animales enfermos y por el consumo de leche sin pasteurizar o carne cruda.
Se calcula que en ciertos países hasta un 10% de los casos de tuberculosis humana son debidos a la tuberculosis bovina, destaca la a Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
“En este tema (tuberculosis bovina) hay un manejo un poco lento de parte del Gobierno”, dijo Jorge Troetsch, presidente de la Asociación de Productores de Ganado de Leche (Aprogalpa).
Un animal infectado con tuberculosis bovina o bruselosis hay que matarlo inmediatamente y no se debe esperar cuatro meses como se hizo con los casos de Antón, destaca el representante de la Aprogalpa.
Ambas enfermedades son zoonosis que se transmiten del animal al humano a través del contacto con animales infectados o por el consumo de productos cárnicos o leche.
La tardanza en el sacrificio del ganado, es una negligencia que afecta la imagen de Panamá ante los organismos internacionales, agregó Troetsch.
“¿Cómo entró la enfermedad a Panamá?, si en el país opera un Ministerio de Desarrollo Agropecuario que debe velar por la salud animal del país”, cuestiona el representante del sector lechero.
El brote revela que en Panamá se recibía ganado procedente de otros países sin que se hicieran las pruebas de interferón- gama, análisis necesario para descartar la presencia de la enfermedad. Fue así como desde 2013 ingresaron reses contagiadas.
Velazco asegura que este ya no será un riesgo, porque ya se están realizando dichas pruebas, a propósito de una exigencia de la OIE, aunque no precisó desde cuándo se realizan.