Retos de la región para lograr la integración aduanera



Panamá y el resto de los países centroamericanos han logrado dar pasos en firme hacia la integración aduanera, pero aún quedan retos por superar.

Queda pendiente la homologación con el sistema centroamericano aduanero de algunas legislaciones, porque esto causa resistencias por parte de ciertos sectores económicos, manifestó Surse Pierpoint, presidente de la Fundación Libertad, durante el foro “La integración aduanera: Un paso hacia la libertad económica”.

El sector agropecuario es uno de los que muestra mayor resistencia a la integración aduanera, sin embargo, según Pierpoint, podría ser uno de los más beneficiados si trabaja de manera coordinada.

Como ejemplo de que para ser competitivo no hay que depender del Estado se refirió a la caficultura. Hoy se ven los resultados de un sector privado que se agrupó para saber qué hacer y tienen un producto que compite en el mundo: La libra de café geisha panameño se cotiza en Asia a 803 dólares.

Otro de los retos a los que se enfrentan la región y Panamá es superar barreras no arancelarias, como medidas fitosanitarias, altos aranceles en renglones agrícolas y controles de precios, entre otros.

Los países de la región deberán enfocar su atención en las regulaciones y las barreras no arancelarias, y en general, en las restricciones a las inversiones. En el caso específico de Panamá, a los controles de precios, advirtieron los panelistas del foro.

En los últimos cinco años los países de la región lograron avanzar en tres aspectos fundamentales para la integración, destacó Leroy Sheffer, abogado experto en comercio exterior.

Se observan avances en la aprobación de la estrategia centroamericana de facilitación del comercio y competitividad con énfasis en gestión coordinada de fronteras, que implica una coordinación interinstitucional de todas las entidades presentes en los pasos fronterizos entre los países centroamericanos, con la utilización de tecnologías de la información apropiadas y la transmisión electrónica de datos.

También en la integración de libre tránsito de mercancías y de personas entre Guatemala y Honduras, lo que representa un acercamiento de cerca del 44% del comercio intrarregional de bienes originarios y el 54% de la población de la región.

El otro avance positivo es el lanzamiento del proyecto de movilidad logística en Centroamérica. Con esta política se busca “la reducción de costos y tiempos de operación, reducir la inseguridad en el transporte, favorecer la adopción y uso de las TIC, reducir externalidades negativas en el medio ambiente y la sociedad”, entre otros, explicó Sheffer.

Sin embargo, a corto plazo se requiere trabajar en la agilización y coordinación de controles migratorios, en la declaración anticipada de mercancías, en certificados fitosanitarios y zoosanitarios electrónicos, en registro por medio de dispositivos de radio frecuencia y en la utilización de sistemas de cámaras en pasos de frontera.

“Cuando la política exterior de nuestros países dependa en forma casi que exclusiva de la necesidad de mirar los indicadores de desarrollo humano, habremos madurado como región y el proceso de integración dejará de ser aspiracional. Un esquema de facilitación de comercio funcional debería empezar por promover la eliminación de barreras al comercio que limitan el crecimiento de nuestros países”, dijo Sheffer.

Panamá es un país que cuenta con la zona libre más importante de América Latina -la Zona Libre de Colón- importantes zonas logísticas, el Aeropuerto Internacional de Tocumen, -consolidado como hub de la región- y puertos de clase mundial, pero las diferencias en las estructuras fronterizas, tanto de infraestructura y equipamiento como de coordinación interinstitucional, provocan altos costos y tiempos de espera elevados que afectan a los usuarios, destaca la Fundación Libertad.

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