De acuerdo con los estándares turísticos internacionales, para convertirse en un destino de renombre es necesario contar con dos elementos: una oferta hotelera con un mínimo de 10 mil habitaciones y vuelos comerciales regulares.
Actualmente, la franja de playa ubicada en Río Hato, en el Pacífico panameño, no cumple con ninguno de estos dos requisitos, pese a su atractivo natural y desarrollo alcanzado en la última década.
En la zona hay menos de 5 mil habitaciones y los vuelos que llegan al aeropuerto Scarlett Martínez no son parte de un itinerario comercial regular, sino que son chárteres con turistas canadienses y costarricenses.
Fernando Duque, secretario de la junta directiva de Bristol Hospitality Group, que opera el hotel The Buenaventura, reafirmó que es necesario crear una marca que identifique el destino de playa.
“La zona se mercadea de forma individual como Farallón, Río Hato, Playa Blanca y eso no permite crear una sola identidad que posibilite mercadear de forma correcta el destino”, señaló.
Jorge Loaiza, asesor de la cadena Decameron, opina que además de unificar una marca, es necesario crear un instrumento o incentivo que haga que las grandes cadenas vuelvan a poner sus ojos en Río Hato.
“Si no hay habitaciones, no llegan las aerolíneas y viceversa, así que es necesario crear una campaña internacional, promocionar las bondades del destino para atraer nuevas inversiones”, comentó Loaiza.
NO ES EL MOMENTO
Pedro Heilbron, presidente ejecutivo de Copa Airlines, fue directo en su planteamiento: es necesario aumentar la oferta de habitaciones para establecer una operación comercial en un punto como Río Hato.
“Destinos similares como Guanacaste, en Costa Rica, cuentan con 10 mil habitaciones de playa y eso ha generado un número importante de vuelos internacionales, así que creo que es cuestión de tiempo para que Río Hato alcance su verdadero potencial”, comentó.
Añadió que en el pasado han operado vuelos chárteres a Río Hato, pero indica que los operadores ofrecen paquetes ciudad/playa haciendo poco rentable tener una operación exclusiva de playa.
“Ya nosotros ofrecemos conexiones internacionales a destinos panameños como es el caso de David, Chiriquí, así que solo hay que esperar el momento correcto”, acotó.
RETOMANDO EL RUMBO
Buscando atraer el mercado corporativo y de reuniones, Bristol Hospitality Group, propietario del ahora The Buenaventura, cambió de marca aunque sigue dentro del portafolio de la cadena Marriott.
Tras cuatro años de portar el nombre JW Marriott Buenaventura, enfocado a una clientela de perfil alto, el hotel adoptó el esquema de la marca Autograph Collection.
Duque indicó que la decisión se basó para ofrecer una experiencia más personal a sus clientes. Explica que los hoteles bajo la marca Autograph Collection no siguen los lineamientos de una cadena hotelera, sino que tienen su propio sello.
En el caso del hotel The Buenaventura, la decisión fue incluir la cultura de la provincia de Coclé replicando su folclore y artesanía, pero con un concepto modernista.
Para este cambio la compañía ha invertido 3.3 millones de dólares y se tiene contemplado ampliar el número de cuartos disponibles, que hoy día suman 114.
Las nuevas habitaciones estarían bajo el programa de condohotel, donde el dueño de la propiedad ofrece su bien al hotel para su administración y al final recibe una regalía por su uso.
“Queremos regresar a lo que fuimos en el inicio, ser el centro de la actividad en la zona y para ello hemos agregado nuevos restaurantes donde ofrecemos platos utilizando recetas e ingredientes panameños, así como talleres sobre la confección de artesanías locales”, señaló Duque.
Pero no solo The Buenaventura está apostando haciendo nuevas inversiones, otros como Casa Guardia han incrementado su oferta gastronómica, mientras que el Decameron mejoró sus amenidades de playa y remodeló sus restaurantes.