Los banqueros centrales rusos tienen menos motivos de lo que podría pensarse para brindar alivio a su economía golpeada por la recesión.
Su decisión sobre si reanudar esta semana un ciclo de reducción de tasas es casi irrelevante en momentos en que el gobierno de Vladimir Putin lubrica la economía con fondos petroleros acumulados en tiempos mejores.
Los bancos rusos tienen la mayor cantidad de dinero en cinco años, lo cual les permite prestarse mutuamente a una tasa inferior que la que les cobra el banco central.
En la zona del euro y en los Estados Unidos, las tasas del mercado de dinero son más altas que las referencias.
“Eso equivale a flexibilizar las condiciones monetarias sin bajar la tasa clave”, dijo Alina Slyusarchuk, economista de Morgan Stanley para Rusia y la Comunidad de Estados Independientes.
¿Cómo sucedió? El Ministerio de Hacienda transfirió el año pasado a la economía 37 mil millones de dólares de dinero del petróleo acumulado en el fondo de riqueza soberana de 50mil millones para cubrir una brecha fiscal.
Ahora presupuesta otro retiro del Fondo de Reserva en 2016. Ese ingreso de dinero permite a los bancos rusos dejar de depender de préstamos del banco central para resistir las sanciones internacionales.
Como el Banco de Rusia puso fin a su ciclo de reducción de tasas el 11 de septiembre, el mercado interbancario de 24 horas, conocido como Ruonia, ha declinado a 10.62% este año, en comparación con un promedio de 11.17% en el período.
En contraste con las medidas de estímulo sin precedentes de sus pares europeos, se estima que la gobernadora del banco central ruso, Elvira Nabiullina, mantendrá sin cambios la tasa de referencia, en 11%, cuando las autoridades se reúnan el viernes.
El Banco Central Europeo bajó todas las tasas el 10 de marzo y expandió 22 mil millones de dólares su programa de compra de bonos, a 81 mil millones de dólares por mes.
A diferencia de Mario Draghi, las condiciones fáciles plantean una amenaza a los objetivos de Nabiullina. Sigue trabajando para reducir una inflación de 8.1%, el doble de su objetivo a mediano plazo, si bien bajó respecto del 17% de hace un año.
La gobernadora trata de equilibrar la necesidad de impulsar una economía que se contrae desde el primer trimestre de 2015 con el riesgo de una inflación descontrolada.
El crudo Brent, utilizado para calcular el precio de la principal mezcla de exportación de Rusia, ha promediado este año los 34 dólares por barril, en comparación con un promedio de 86 dólares de la década anterior.