El desempleo nuevamente fue el único factor positivo en un mar de malas noticias para el consumidor ruso el mes pasado. Para el banco central, es menos una aberración que una muestra de todo lo que está mal en la economía.
El desempleo ha tenido un valor atípico durante toda la recesión más larga del gobierno de Vladimir Putin y en agosto, por quinto mes consecutivo, cayó a cerca del nivel más bajo desde finales de 2014, el único indicador de consumo clave que tuvo un mejor registro que el pronosticado por los economistas.
La gobernadora Elvira Nabiullina, cuyo banco central anunció un compromiso sin precedentes de dejar las tasas de interés sin cambios durante el resto del año después de rebajarlas la semana pasada, dijo que el mercado laboral era un emblema de los “factores estructurales internos” que coartaban la economía y limitaban el efecto de contención de los precios que debería tener la debilidad de la demanda de consumo.
Si bien siguió inmune a la caída en tanto los empleadores incorporaron trabajadores, lo ajustado del mercado laboral está ejerciendo en los salarios una presión que podría provocar inflación.