El cambiante equilibrio de poderes en el mundo petrolero se muestra en un nuevo indicador: las reservas de los bancos centrales.
Por primera vez en ocho años, el arsenal total de efectivo, oro y otros valores del Banco de Rusia está a punto de superar al de Arabia Saudita, lo que pone de relieve la influencia del kremlin en las conversaciones entre los principales productores de petróleo sobre cuánto reducir la producción.
Arabia Saudita ha estado recurriendo a sus reservas para cubrir el gasto social en medio de unos bajos precios del petróleo, mientras que Rusia ha ajustado su presupuesto y tiene un superávit por temor a nuevas sanciones.
Las reservas de Rusia han aumentado 45% en los últimos cuatro años hasta un total de 518 mil millones en junio. Arabia Saudita sigue la trayectoria opuesta, con una caída de las reservas a 527 mil millones en junio, ya que el reino está gastando el dinero acumulado cuando los precios del petróleo eran mucho más altos.
Rusia es cada vez más la voz decisiva en las negociaciones con la Organización de Países Exportadores de Petróleo y la divergencia económica es la señal más reciente de la suerte cambiante entre los grandes actores petroleros.
La OPEP ya no puede ignorar a Rusia debido a su importancia como exportador de petróleo y a su economía, dijo Elina Ribakova, economista jefe adjunta del Instituto de Finanzas Internacionales de Washington.
El precio del crudo Brent se ha desplomado más del 20% desde abril a alrededor de $58 por barril.