A esto se enfrenta la última iniciativa de la gobernadora Elvira Nabiullina para erradicar las expectativas de alta inflación: la mayoría de los rusos no sabe qué es un banco central y el aumento de precios que experimentan muchos de ellos llega a por lo menos el doble de lo que informan los expertos en estadística.
Al ver que la caída de la inflación general –a menos de la mitad en un año- apenas hizo mella en las expectativas, los funcionarios recurren a la web como parte de una campaña para llegar al 57% de la población rusa de más de 10 años que, según calcula Ipsos Comcon, utiliza los medios sociales.
El índice anual de precios al consumidor cayó de 7.5% en junio a 7.2% en julio. Esto iría en contra de lo que el banco central calificó de “leve” alza de las expectativas de inflación en julio.
“En los últimos 30 años, nuestro pueblo vive en un entorno de inflación inestable y alta y le cuesta creer que la inflación en verdad puede ser baja en forma definitiva”, dijo en un correo electrónico la vicegobernadora primera Ksenia Yudaeva. “En nuestra situación, no hay palabras que alcancen”.
Mejorar la comunicación es fundamental para Nabiullina desde que asumió su cargo hace tres años y mientras atraviesa la mayor crisis monetaria del país desde 1998 y la recesión más larga de las últimas dos décadas.