La migración laboral, que ha ido en aumento durante los últimos años, tiene un efecto macroeconómico que pocas veces es explorado: el envío de remesas.
Hay una relación directa entre las nacionalidades de los extranjeros que mayormente han migrado a Panamá y el destino del dinero que sale del país. Si se cruza la información del Servicio Nacional de Migración con la data de la Contraloría General de la República, se consigue un retrato casi perfecto del fenómeno.
Entre 2010 y 2017, la mayoría de los extranjeros que se legalizaron son procedentes de Colombia, Venezuela, Nicaragua, China, Estados Unidos y República Dominicana.
Muchos son trabajadores de multinacionales, técnicos o científicos. Otros, han llegado huyendo de países con una gran inestabilidad política, como es el caso de Venezuela, mientras que algunos, como los nicaragüenses, han adoptado oficios que la mano de obra local no está dispuesta a ejercer.
Y resulta que a los países hacia donde más se envían remesas son precisamente al vecino Colombia, la lejana China, el coloso Estados Unidos, el Caribe dominicano y la región de Centroamérica, especialmente Nicaragua.
De acuerdo con datos oficiales, de 2010 a 2016 se legalizaron en el país 150 mil 876 extranjeros, incluyendo las 62 mil 294 personas que entraron bajo procesos extraordinarios, como el Crisol de Razas. Hay otros 13 mil 854 extranjeros que han normalizado este año su estancia y 41 mil 334 migrantes que en estos momentos realizan un trámite para legalizar su permanencia en Panamá.
De acuerdo con la balanza de pagos, en 2013 salieron de Panamá 644 millones de dólares; un año más tarde el monto alcanzó los 812 millones de dólares. Fue en 2014 cuando se disparó la legalización de extranjeros, con 19 mil 763 personas en los registros migratorios.
A partir de ese momento el envío de dinero fuera del país se ha situado siempre por encima de los 800 millones de dólares al año.
En 2015, por ejemplo, se legalizaron 25 mil 361 personas y hubo una fuga de divisas de 826 millones de dólares. En 2016, otros 836 millones de dólares salieron de las fronteras panameñas.
A pesar de que gran parte de los nuevos inmigrantes provienen de Venezuela, a este país se registra un monto bajo de envío de remesas. Apenas 227 mil dólares en 2016. La razón es porque la mayoría de los venezolanos en Panamá consignan el dinero a través de Colombia, evitando la tasa oficial de cambio que es muy baja respecto al “dólar en el mercado libre”.
Por ejemplo, si hacen un giro directo a Venezuela a través de una compañía de remesas, un dólar equivaldría a 2 mil 970 bolívares, cuando en el mercado libre ese mismo dólar representa 18 mil 982 bolívares.
Además, se ha encontrado un segundo nivel de cambio entre agentes no oficiales que trabajan localmente para empresas venezolanas, algunas con cuentas en Panamá.
Estos agentes reciben los dólares por parte de los inmigrantes que viven en Panamá. Y el dinero es depositado en las cuentas bancarias panameñas.
La empresa dueña de la cuenta, con operaciones en Venezuela, entrega dinero (equivalente en bolívares) a los destinatarios en ese país.
De esta forma, la empresa consigue deshacerse de los bolívares que le sobran, encuentra dólares fuera de Venezuela y transfiere a una buena tasa el dinero a la persona que lo necesita.
La Contraloría General de la República destaca en sus reportes que en los últimos años el auge económico y las oportunidades de trabajo fueron la tarjeta de presentación de Panamá a nivel internacional y esto provocó que muchos extranjeros hayan migrado al territorio nacional. “Sin embargo, se ha logrado poner fin al proceso de regularización de extranjeros y se han ido formulando nuevas normativas en política migratoria, que han influenciado en las cifras de remesas”, añadió la entidad.
LOS EFECTOS
El último estudio del Ministerio de Economía y Finanzas, a cargo de Rogelio Alvarado, analizó el comportamiento de las Remesas de los Trabajadores, utilizando estadísticas hasta 2014.
Explica el informe que los trabajadores que consignan dinero al exterior por más de $600 millones al año forman parte de una fuerza de trabajo joven, “que en el caso de las mujeres, suele prestar servicios en los hogares, mientras que entre los hombres se reparte entre más actividades económicas”. Pero a la gran mayoría los une trabajar al margen de los beneficios económicos previstos en las normas legales vigentes en el país, como la del salario mínimo, seguridad social, vacaciones y décimo tercer mes.
Raúl Moreira, director de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía y Finanzas, precisó que “como quiera que el influjo de recursos vía inversión extranjera directa más las remesas recibidas compensa con creces el monto de dinero enviado al extranjero, no existe un peligro de descapitalización de la economía nacional ni a corto ni a mediano plazo”.
La inversión extranjera directa en Panamá alcanzó los 5 mil 209 millones de dólares en 2016, 15.9% más que los 4 mil 494 millones de dólares un año antes. El año pasado el país recibió remesas por $426 millones.
El estudio del MEF, sin embargo, reconoce que las remesas enviadas desde Panamá o recibidas en el país y consideradas en la balanza de pagos, representan un monto que no recogen con fidelidad las estadísticas por diversas circunstancias, debido a la libertad de movimientos de capitales propia de la economía panameña. Se trata entonces de mucho más dinero.